Es una enfermedad traicionera que no mira a nadie, simplemente aparece, seas pobre o rico, famoso o anónimo y desconocido. Es una terrible enfermedad que todos hemos visto de cerca con amigos, familiares o con uno mismo, porque, aunque todavía no se ha encontrado la cura perfecta, hay quien sobrevive. Y esa es la esperanza para quienes la contraen.
En este caso ha sido el futbolista del Betis Mikki Roqué, centrocampista de 22 años de edad que ayer anunciaba que tiene un tumor en la pelvis del cual debe ser operado de inmediato. Quiso anunciarlo él mismo y dentro de la gravedad, mandar un mensaje de optimismo y de esperanza. Y esa es la que debemos tener todos, por él y por los nuestros que están en esas circunstancias, porque no todo está perdido. ¡Animo, chaval, y que te veamos pronto en los campos de fútbol!