Un martillo que no se cansa de golpear
Obús son uno de los grupos con los que ha crecido mi generación. De alguna manera siempre han estado ahí. Pioneros de una escena heavy inicipiente que no terminó de cuajar, su buena suerte pareció abandonarles en la década de los 90, aunque no dejan de golpear y aparecer. Puede que no sean los más virtuosos ni eruditos, pero para muchos, para mí, son los más auténticos. Por poner música a los escenarios de nuestra juventud y contar en sus canciones el día a día de un barrio como Vallekas —con mi trabajo no me quiero casar... tu chica te espera en el bulevar... dinero, dinero, en mi cabeza constante estás... aún te queda una salida, aprovéchala...—.Buena parte de esa autenticidad viene del vocalista de Obús, Fortu Sánchez, un tipo de presencia indiscutible y energía fuerte, inagotable, que en Mil demonios nos cuenta su carrera y su vida sin estrategias ni dobleces. Sin querer impresionar ni demostrar nada pero siendo consciente de su importancia en nuestra música.sencillez, desarmante autenticidadEstas páginas están escritas con la misma sencillez y la desarmante autenticidad de las mejores canciones de Obús. Una infancia humilde en un barrio obrero, un sistema educativo del que Fortu quiso escapar como el reo huye de la cárcel y un éxito inesperado al sacar adelante proyectos musicales (Nudo, Union Pacific) novedosos y fuertes en esa época, en nuestro país. Entre medias, el servicio militar que solo sirve para embrutecerle, y siempre, la vida de noche...Igual que en sus canciones, la fatalidad sigue de cerca a Fortu, pero él la combate con humor y grandes dotes de seducción. Como decía, Fortu no pretende contentar ni quedar bien con nadie, y no tiene problema en admitir que ha pasado por malos momentos, como aquellos años en los que los escenarios no le acogían tanto. Nubes de alcohol, tabaco y cocaína de las que sale ileso gracias a su fuerza, como el martillo que no deja de golpear. Estas memorias son prueba de que está en plena forma, y nos tiene reservadas muchas sorpresas. Al menos yo, como viejo seguidor de Obús, espero que así sea.Desacorde, 2017Compra onlineDavid G. Panadero