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Mil grullas - Yasunari Kawabata

Publicado el 19 agosto 2019 por Rusta @RustaDevoradora

Mil grullas - Yasunari KawabataEdición: Emecé, 2012 (trad. María Martoccia)Páginas: 144ISBN: 9788496580770Precio: 7,95 €
Yasunari Kawabata (Osaka, 1899 – Zushi, 1972), premio Nobel de Literatura en 1968 y uno de los escritores japoneses fundamentales del siglo XX, fue un maestro de la novela breve, el arte de reducir un relato a la mínima expresión, como demuestra en su célebre La casa de las bellas durmientes (1961) y, también, en Mil grullas (1952). Chikako, una mujer madura, invita a Kikuji, un joven huérfano, a la ceremonia del té para presentarle a una chica hermosa que luce un pañuelo estampado con las mil grullas, un símbolo de longevidad. La anfitriona pretende actuar como alcahueta entre ellos; no obstante, la gracia del libro es que no se centra en ese romance hipotético, sino en las tres mujeres que formaron parte de la vida del padre del chico, y que este descubre en su entrada en sociedad: por un lado, la propia Chikako, que nunca se casó y tiene una mancha oscura en el pecho; y, por otro, una tal señora Ota y su hija.El ritual de la ceremonia del té se convierte en el nexo entre generaciones, al recuperar los utensilios que emplearon el padre y sus amantes. Como en un rito iniciático, el patrón parece repetirse en los descendientes. Chikako se desvela como la titiritera que maneja al joven, una organizadora de apariencia amable y resuelta de quien no están claras las intenciones. La señora Ota y su hija, de aspecto desdichado, tampoco se caracterizan por su honradez; la madre, herida por la relación con el padre de Kikuji, utiliza a su antojo al chico. Este se deja arrastrar por las mujeres como quien acepta una herencia pesada y a la vez fascinante por el misterio (y la atracción) que encarnan ellas. Se fija, además, en la hija de la señora Ota. Mientras, la muchacha del pañuelo de las grullas, olvidada, discreta, termina por erigirse en símbolo de la existencia a la que renuncia Kikuji (la esposa bella, dócil, sin un equipaje latoso) al entrometerse en la telaraña oscura y perversa que conforman las mujeres de su progenitor.

Mil grullas - Yasunari Kawabata

Yasunari Kawabata

Como su compatriota Junichiro Tanizaki en La llave (1956) o Diario de un viejo loco (1961), Kawabata plantea la historia como un juego de ambigüedad, sutileza, sensualidad y sombras. Los narradores japoneses plasman como nadie la manipulación psicológica, el erotismo contenido, el intercambio que empieza tranquilo y culmina en tragedia. La trama se articula más por acumulación de escenas que por el esquema causal más típico de la literatura en inglés; cada episodio introduce matices, invita a repensar lo que se ha leído en el capítulo anterior. La elisión resulta fundamental, por cuanto los personajes solo se reúnen durante las ceremonias del té; no se cuenta qué hacen por separado, en solitario. Los diálogos, agudos, inteligentes, son claves a la hora de revelar información. El autor mantiene una tensión latente con una economía de recursos extraordinaria; la lectura se hace tan «liviana» que asombra, al pensarlo, la capacidad de concentrar tanto en tan poco. Dominio de la insinuación. Imaginario sugerente, poético, cruel. Un pequeño gran libro.

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