Revista Psicología
¿Por qué la gente se empeña en ver lo malo en todo y protestar y protestar, cuando hay mucho bueno por lo que sonreír y dar gracias?
¿Hay tristezas? Pues claro que las hay pero, ¿para qué os voy a contar las mías? ¿Para qué vamos a estar contando las tristezas de unos y otros? Cuando cierras tu mente a los mensajes tristes ¿sabes que se mantiene? Efectivamente, la sonrisa y la alegría. Porque la sonrisa y la alegría tienen mucha más fuerza que la tristeza. ¡Pruébalo! Hay veces que uno no tiene ganas de nada, ni tan siquiera leer o escuchar a los "very happy" que podrían contagiar su optimismo. Pero te digo una cosa, la única manera de pelear contra la tristeza es sacando la sonrisa al ring de la vida. La vida siempre te entrega lo que tú le das.
Yo tengo mil motivos para sonreír cada día y cuando algo o alguien intenta alterarlos, procuro priorizar en mi mente toda la felicidad que se mueve a mi alrededor y que está al alcance de mi mano para cogerla.
Cuando me despierto por la mañana, abro los ojos y me doy cuenta que puedo ver, puedo oír. ¡Qué maravilloso poder ver el amanecer, oír el trinar de los pájaros! Pero sobre todo y un motivo muy grande para mí y para sacar mi sonrisa y felicidad desde muy temprano, es que cuando me despierto veo a mi maravillosa mujer a mi lado. ¿No es sensacional ver que tengo una mujer fantástica a mi lado? Y no solo por su belleza, sino por la cantidad de valores y cualidades que la hacen ser una gran mujer, una GRAN MUJER con mayúsculas. ¿No es este un gran motivo para sonreír?
Y cuando ves despertar a tus hijos, recibir su primer beso, ¿no es otro gran motivo para sonreír?
Veo que he dormido bajo techo, en una cama confortable, que me puedo asear, que puedo desayunar, que puedo respirar el aire fresco de la mañana. ¿No es maravilloso además poder disfrutar diez minutos de un cafetito y una tostada antes de salir a trabajar?
¿Nos es un motivo para sonreír, ver que vivimos en un país, en una ciudad maravillosa que pone al alcance de tu mano cien mil y una posibilidades para aprender, para conocer, para pasear, para disfrutar, para sentir?
¿Charlar con un compañero o un amigo y tomarse una cervecita o un vino y mantener cualquier conversación que nos puede llevar a crecer a uno y a otro?
¿Salir a andar y ver el cielo azul, el sol, la luz, la fragancia que nos regala la naturaleza o los jardines a nuestro paso?
¿No es fantástico pasar cerca de un parque y escuchar las risas de los niños, sentir su inocencia, percibir su alegría con cualquier simple juego o correteando son sus amigos?
¿Poder hacer una llamada a alguien, escucharle y sentirle cerca a pesar de la distancia y transmitir nuestro cariño e incluso decirle un "te quiero"?
¿No es para sonreír y dar gracias a Dios tener un plato en la mesa cada día, saciar nuestra hambre y saborearlo percibiendo el cariño de quien lo ha preparado?
¿Y el tacto? Tocar, rozar, acariciar, sentir con cada uno de nuestros dedos, con nuestro cuerpo, pudiendo abrazar y sintiendo a su vez el mismo abrazo de alguien según se llena nuestro corazón.
Mirarme al espejo y comprobar que soy una persona sana y que mi mujer, mis hijos y mis nietos gozan también de buena salud, sin duda alguna me debe hacer sonreír, ¿no creéis?
Escuchar una buena música, leer un libro sentado en el sofá, paladear un dulce o un helado, ¿no merece también una sonrisa?
Poder ir a la playa, tocar la suave arena, oír las olas romper, disfrutar de todo el espectáculo que nos proporciona el mar reflejando el azul del cielo o el mismo frescor de un chapuzón en el agua, ¿no debería ser otro maravilloso motivo para sonreír?
Cantidad de motivos se nos brindan cada día para sonreír y vencer a la tristeza, esa tristeza que para algunos es muy difícil de alejar por las circunstancias adversas que viven, pero que sin embargo, para una gran mayoría de nosotros, nos debiera hacer olvidar esa queja continua, porque cada día, nada más amanecer, el sol se despierta, nos brinda una maravillosa sonrisa y nos pregunta ¿por qué no reflejas esta luz que yo te regalo cada día?
Yo soy feliz y sonrío, porque a su vez la vida me regala sonrisas.
¿Cómo no voy a procurar llevar siempre una sonrisa en mi rostro, si a parte de poder escribir, siendo una de mis grandes aficiones, tengo gente tan fantástica como vosotros que está ahí y lee mis artículos cada día, haciéndome sentir que mis palabras llegan a tantísimos lugares?
Muchas gracias porque vosotros sois uno de mis grandes motivos para sonreír.