Quizás algunos ya conoceréis la historia de Milagros y Vilma, dos bodegueritas que aparecieron en el picadero de caballos un soleado día de invierno. Vilma, aunque tenía miedo, parecía estar bien, pero Milagros se llevó la peor parte...
Mila, así es como la llamamos cariñosamente, fue recogida del picadero donde se escondió en un intento de esconderse de su dueño. Estaba temblando, gruñendo, loca de dolor, llena de suciedad.. Eso no era todo, pues al parecer, durante los tres años que tenía a la perra, ella ha sufrido muchos golpes, según nos comentó el veterinario, ya que su estado de salud es lamentable.
En líneas generales, las heridas que tenía sin curar, hicieron que los dedos de una de las patitas se necrosaran, hecho por el que hubo que operarla de urgencia. Por ahora le han amputado un dedo, pero por lo visto, es posible que tengamos que amputarle todos los dedos de una pata. Estaba preñada, tuvimos que castrarla porque en su estado no debía parir y, además, después del maltrato, no sabíamos el estado en el que podían estar estos fetos. Tiene una fuerte leishmania. Pobre animal, ¿cómo puede dejar que nosotros, los humanos, la toquemos y le hagamos las curas después de todo lo que sufrió
Mila a penas come, no quiere andar y siempre se esconde en una habitación ella sola.
En el vídeo veréis cómo tiene los dedos de una pata, las orejitas, que se le tienen que caer porque están completamente secas, le duele la tripa y siempre quiere someterse en cuanto una persona se acerca.
http://www.youtube.com/watch?v=jC3OfWQd1Mk&feature=youtu.be
Es un sol de perrita y necesita un adoptante perfecto: una persona que realmente pueda cuidarla y que la mimará hasta su último día.
Contacto: [email protected] ; 676.297.824
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