Lo milenario viene de antiguo, eso está claro. Pero también tiene otro sentido. Milena Adrián y Andrés Guevara, fundadores de Milenaria Café (Calle Alcanfores 199, local 104), nos hablan de la esencia que hay detrás del nombre del espacio que abrieron en Miraflores. Para ellos, lo milenario recuerda una época en la que “todo era natural y orgánico, sin saberlo siquiera, y en donde las personas vivían más conectadas con la comida y la naturaleza, con su entorno”. Entrar a Milenaria es precisamente eso: regresar a nuestros orígenes, pero no para viajar al pasado, sino para volver a conectar con nosotros mismos y nuestro mundo.
Milena y Andrés se conocieron viajando. Vinieron a Perú y luego siguieron viajando. La idea detrás de Milenaria nace exactamente en medio de esos viajes. Específicamente en algún punto entre España, Portugal y Francia, mientras “mochileaban” por Europa. Aquel viaje lo iniciaron sin buscar nada en particular, solo se fueron. Pero mientras recorrían países aprendieron sobre agricultura orgánica, comida saludable y alimentación vegana. Entonces se dieron cuenta de que todo ese conocimiento les podría servir para emprender algo nuevo.
“Cuando regresamos, decidimos mezclar lo que aprendimos con lo que somos”, nos cuentan Milena y Andrés. Desde un primer momento, tenían claro que Milenaria debía ser una mezcla de todo aquello que les gusta: el buen café, la comida saludable y la tolerancia por diferentes formas de vivir. Lo del gusto por el café viene de las raíces colombianas de Andrés. “Una tradición muy fuerte que viene desde mi casa. Lo primero que entra al estómago es el tintico (café pasado)”, recuerda.
Sostenible, orgánico, consciente
Empaques biodegradables, productos peruanos, conciencia ambiental y ser pet friendly son algunas de las cosas que definen a Milenaria. Pero también un sabor casero, que te abraza. “Cocinamos poco, con cariño, así es más íntimo, como en la casa”, menciona Andrés.
No puedes dejar de ir y hablar con Andrés y Milena. Si vas, pregunta de dónde viene el queso, el café, las frutas, todo. No olvides probar, para el frío que ya llega, las cremas de verduras, la avena y, claro, el café calientito. Y para lo que queda de sol, el bowl milenario y el acai bowl nunca fallan.