Miles de conductores chinos vivieron momentos de impotencia al quedarse atascados nueve días en una vía de Beijing que conduce a Pekín, la capital china.
La congestión vehicular, que se extendió a lo largo de 100 kilómetros, se desencadenó en la autopista Beijing-Tíbet debido a un aumento en el tráfico de camiones de carga, y agravada por las obras de mantenimiento que se vienen realizando en la carretera.
El tramo de la carretera que une Pekín con la provincia norteña de Hebei, se ha convertido en un punto crítico debido a que es utilizada por millones de comerciantes diariamente.
La carretera es una arteria importante para el suministro de productos, carbón y otros bienes a Beijing.
El Gobierno chino ha puesto en marcha un proyecto vial para mejorar su sistema de transporte público y privado, el cual ha aumentado drásticamente en los últimos años.