Atención a este discazo ya que es de los que más fervientemente voy a recomendar por activa y por pasiva.
Material clásico con punch moderno, con canciones de esas que ya ni se hacen ni se crean, sin artificios innecesarios, justamente lo que nombraba el otro día a lo que a mi parecer le viene faltando al pop que nos hacen tragar este maldito siglo XXI.
Tras su paso por los segundones The Rascals y el proyecto junto a Alex Turner, The Last Shadow Puppets, nos regala un trabajo que catalogaría casi de magno y excelso, por el buen cuerpo que se te queda tras varias escuchas seguidas.
Y es que tenemos aquí influencias de The Jam en Come Closer; de Kula Shaker (digo yo) en Better Left Invisible; de Neil Hannon o incluso Tom Jones en Take The Night For Me o John Lennon en My Fantasy, y el sabor delicioso que solo se paladea en los clásicos instantáneos que son la suave Colour Of The Trap o la épico-fronteriza del estilo del dúo con el vocalista de los Arctic, en Counting Down The Days.
Y si lo que buscamos es un poco de acción, play a Rearrange, hitazo de regusto mod pasear con la Vespa por las calles de tu ciudad (o pueblo en su defecto)mientras te da el viento en la cara; la rockera a lo Iron Butterfly, Inhaler; o mi preferida, lo muy twee y uno de mis temazos del verano que no faltarán en ninguna de mis futuribles sesiones de pinchadiscos, Quicksand, de estribillo irresistible y un camino por el que me hubiera encantado que se encaminara más. Los coros son simplemente exquisitos.
Como podéis ver, hablo del disco con absoluta devoción y con alma de fan ferviente, así que solo me queda deciros que le dediquéis unas escuchas, que le permitais entrar en vuestras vidas y dejar que en algún momento de este verano sea banda sonora de algún momento especial.
La semana pasada ya fué el disco telúrico, este dejaré que repita, así que no tendréis excusa...