Es fácil apoyar causas, pero participar activamente para que se concreten los objetivos es algo muy diferente. Creo que esto, es lo que caracteriza a la generación Millennials y a la Z.
Siempre pro- tengo hijos de ambas y continuamente me asombran, primero, un amor al prójimo sin distinción de clases, razas ni religión, animalistas y ecologistas hasta el extremo, también amigos de los amigos.
Ahora, todo esto es fantástico, pero existe un problema, toda la buena intención es netamente virtual, a excepción del perro y el gato que adoptaron y me han traído a casa.
Luego de un breve análisis, es fácil darse cuenta, que apoyar todo tipo de causas incluso las perdidas es super fácil, solo apretas una tecla del celular y ya eres miembro de cuánta sociedad protectora y ONG exista, partiendo por Greenpeace, que obviamente no podría estar ausente, entonces te hablan del Kuhmo de Finlandia, o el Morus bassanus de Irlanda incluso del Sciurus vulgaris de Reino Unido, pero cuando les exige que limpien las heces de nuestras mascotas, cambiar el agua, alimentarlas y pasearlas, ellos están sumidos en sus estudios y no tienen tiempo, lo que también es otra de sus características, ya que siempre están llenos de actividades.
Por lo tanto, yo espero pacientemente hasta el día en que formen sus propios hogares, para llevarles de regalo algún camello bactriano o algún tigre de Sumatra para que puedan protegerlos de la extinción.