De las tres entregas que componen la saga Millennium La reina en el palacio... ha sido con diferencia la que más me ha gustado. Desde mi punto de vista, el primero de los libros,Los hombres que no amaban a las mujeres, aunque está protagonizado por un periodista no deja de ser la clásica novela negra detectivesca en la que el asesino finalmente es el mayordomo (tranquilo no es un spoiler). La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, segundo volumen de la serie, no es más que un vínculo entre la primera parte y el desenlace. El desarrollo de la historia en el que se gesta el nudo de la trama. Este nudo se deshace en este último libro cuyo ampuloso título, al contrario que el de los anteriores, no acaba de ser de mi agrado.
En este DESENLACE (con mayúsculas) gana protagonismo, y de qué manera, la investigación periodística y Mikael Blomkvist. Lisbeth Salander permanece en segundo plano justo hasta cuando de verdad tiene que hacer aparición y todos los personajes acaban ocupando sus verdaderos puestos. Pero lo que más me ha gustado es la trama secundaria desarrollada por Erika Berger en el SMP, prestigioso periódico sueco al que la redactora jefe de Millennium se marcha y que permitió a Larsson desgranar los entresijos de una redacción y reflejar, entre otras cosas, las envidias, odios y ambiciones que hay en un lugar como este.
Para ser un poco crítico, me parece que es una obra excesivamente larga. De hecho creo que le sobran más de 200 páginas pero, aún así, merece muy mucho la pena.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure