Yo a Daniel Craig no le encuentro el qué pero he de agradecerle el descubrimiento de un problema auditivo que desconocía tener ya que tardé tres cuartos de hora en hacerme con su modo de hablar y empezar a entender algo de lo que decía.
La película es completemente correcta, ojalá todas las pelis comerciales que hacen por allí las hicieran tan bien como sabe hacerlas el Señor David Fincher. Eso sí mejor ir al baño antes de entrar y guardarse una chocolatina por si entra en hambre durante las casi tres horas que dura.