Mi último artículo para larazon.es
Ya he hablado en alguna ocasión de la extraña afición que tiene la sociedad de querer imitar todo lo que ve a través de las pantallas. Por ejemplo, antes de que salieran los concursos culinarios en nuestras televisiones, muy poca gente, comparado con el número actual, quería ser cocinero.
Ahora se están poniendo muy de moda los concursos de talentos. A mí me parece correcto que estas personas capaces de bailar, cantar o hacer reír lo demuestren y reciban remuneraciones por ello, pero ¿por qué se discrimina al otro talento? Al talento del saber y del aprender. ¿Qué pasa? ¿Por qué este talento no vende tanto? ¿Por qué está tan desprestigiado y tan abandonado? Seguir leyendo...