Revista Viajes

Mind My House, confiable y colaborativa

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

Susan y Alan Koeninger, fundadores de Mind My House (MMH) son neozelandeses. Comenzaron a armar su empresa familiar en 2003, con el nacimiento de su primer hijo. Para ellos, amantes de los viajes, las tradiciones, las costumbres de cada cultura, los detalles que marcan las identidades, son muy importantes.

De hecho, saben de la pasión argentina por el fútbol, y la comparan con su amor por el rugby.

¿Cómo se les ocurrió Mind My House?

Susan: En 2003 teníamos un bebé, y como mi esposo es desarrollador de sitios web, me propuso tener un plan de negocios digital, en el que yo pudiera trabajar mientras criaba a mi hija mayor.

Pasamos un año creando y desarrollando Mind My House, y ya en 2005 era una plataforma de desarrollo en la que trabajábamos como familia, y desde entonces hemos sido una familia trabajando en esto. Para nosotros, ha sido un milagro durante 15 años poder concretar este proyecto.

Alan: desde siempre sostuvimos la idea de compartir. La plataforma nos permitía reunir intereses en común, y siempre nos interesó el universo de los viajes. Además, la economía colaborativa también nos resultaba interesante. Y eso conjugamos en Mind My House: alguien le da una mano a otro, y el otro devuelve el gesto, incluso sin que medie el dinero.

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¿Cuál es la diferencia entre MMH y otras plataformas como Air BnB?

Susan: en Mind My House, la relación entre los miembros está basada en la confianza mutua. Todos los participantes ofrecen confiabilidad unos a otros. Además de buen trato, y de poseer características afines a la temática del cuidado de mascotas, y casas. Las recomendaciones funcionan muy bien, y todo ello no tiene que ver con el dinero. Es otro modelo de negocio.

Alan: Nuestro modelo de negocio está enteramente basado en la economía colaborativa y la confianza. Sostenemos esos dos valores: colaboración y confianza. Es extraordinario, y de eso se trata.

¿Cómo sostienen económicamente el proyecto, sin mediar dinero?

Alan: Nosotros cobramos 20 dólares por año a cada miembro suscrito. Es muy poco dinero, pero, de todas maneras, tampoco sostener la plataforma nos significa costos muy altos. Así que pagando la suscripción anual es suficiente. Con eso cubrimos costos. No ganamos mucho, pero está bien. Eso nos diferencia de nuestra competencia, también, porque en general cobran 80 o 90 dólares la suscripción.

En definitiva, es un negocio modesto, pero es un orgullo hacerlo de esta forma. Tenemos una vida modesta, tenemos costos bajos, y MMH es nuestra fuente de ingresos, siempre bajo el paraguas de la economía colaborativa.

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Susan y Alan aprendieron a vivir valorando la sencillez de los pequeños placeres de la vida cotidiana. De hecho, al presentar formalmente a la familia, incluyen a su perra Cocker Spagniel, con quien comparten cámara en la video entrevista.

Admiten sin pudor que prefieren la vida modesta que su emprendimiento les permite, aún cuando significa mucho trabajo mantener la plataforma.

¿Cómo se ocupan del trabajo en MMH?

Alan: Los roles están bien definidos. Susan es la community manager, recibe pedidos, aprueba miembros nuevos, etcétera. Yo hago la parte técnica, es decir, web mastering, soporte en linea, diseño, ayuda a los usuarios.

Tenemos, además, dos hijos, de 12 y 15 años. Ellos eventualmente también ayudan, pero todavía son demasiado jóvenes como para trabajar con nosotros (risas).

¿Y han vivido experiencias de cuidado de casas?

Susan: ¡Sí claro! Amamos viajar. Anteriormente, sobre todo antes de tener hijos, hicimos intercambio de casas y cuidamos casas también. Y nos sorprendimos. Es una experiencia verdaderamente mágica. Por ejemplo, estuvimos en Escocia y en Alemania de esta forma.

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¿Lo hicieron antes de tener hijos porque con ellos hubiera sido más trabajoso?

Alan: Acerca de los niños, nos escriben muchas personas que piensan que cuidar casas con sus hijos no sería tan ameno, o no podría disfrutarse tanto. Pero nosotros les decimos que se animen, que saldrá bien, siempre que encuentren la casa y el propietario indicado. De hecho, actualmente muchos de nuestros miembros son familias con hijos y viajan alrededor del mundo con ellos.

Incluso más. Hay quienes viajan a cuidar una casa con sus propias mascotas (risas). Es increíble, pero ocurre. No siempre se llevan bien entre los animales, es decir, la mascota del huésped y la del dueño de casa, pero eso también hay que considerarlo. Después de todo, amamos a los animales, así que los tenemos en cuenta cuando incluimos candidatos con mascota en el listado de miembros.

Fotos: gentileza Mind My House

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