La organización de investigación medioambiental Global Witness y un conjutno de ONGs asociadas revelan en un reciente informe las prácticas que llevan a cabo empresas europeas en África y en Ámerica del Sur en relación con los minerales destinados a la fabricación de aparatos electrónicos (teléfonos, ordenadores, sistemas para automóviles y bombillas). Estas empresas introducen en Europa minerales valorados en miles de millones de euros que supuestamente sirven para financiar a grupos armados además de fomentar violaciones de los derechos humanos en países asolados por conflictos.
El comercio de minerales destinados a la fabricación de aparatos electrónicos alimenta conflictos sangrientos en la República Democrática del Congo, en Colombia y la República Centroafricana. Estos conflictos han propiciado el desplazamiento de 9,4 millones de personas y han generado violaciones de los derechos humanos. En Colombia, las sociedades mineras están estrechamente ligadas a las violaciones de los derechos del hombre.
Estos minerales aportan enormes beneficios económicos a las empresas. Según el estudio de Global Witness, el año pasado la Unión Europea llevó a cabo negocios de comercio de minerales por un valor de 28,5 millardos de euros, esta cifra equivale aproximadamente a un cuarto del comercio mundial de dichos minerales. Durante el mismo año, la Unión Europea importó 240 millones de teléfonos móviles y más de 100 millones de ordenadores portátiles, todos estos aparatos contienen minerales provenientes de zonas de conflicto.
Actualmente las empresas no tienen la obligación de responder por el destino de tanto dinero, que según Global Witness, acaba en malas manos. Grandes cantidades de mercancías se importan sin control a países como Alemania, el Reino Unido y Francia. Alemania es el mayor importador de teléfonos móviles y ordenadores portátiles (en 2013 Alemania importó 9,6 millones de ordenadores portátiles y 28,6 millones de teléfonos) y las cifras alcanzaron los 18,2 millardos de euros.
La coalición de ONGs que conforma Global Witness concluye en su último informe: “<i>Es necesario que la Unión Europea ponga en marcha una reglamentación digna que se enfrente de forma eficaz a la relación existente entre el comercio europeo y los violentos atentados a los derechos humanos en otros continentes. El aprovisionamiento responsable de minerales no debería ser facultativo si no que debería formar parte de las prácticas habituales de cualquier empresa</i>”.
Estados Unidos y una decena de países del África central han adoptado medidas que exigen a las empresas que investiguen sobre sus cadenas de aprovisionamiento de minerales, de momento la Unión Europea no ha tomado ninguna disposición al respecto. Mientras que la demanda de minerales no cesa de aumentar, la Unión Europea se está convirtiendo en cómplice de unas prácticas que fomentan la violencia y la injusticia social en zonas de conflicto. La coalición de ONGs está llevando a cabo una campaña apelando a la Unión Europea a que garantice a sus consumidores que sus compras no están financiando ni favoreciendo prácticas inhumanas en otros países.
La coalición encabezada por Global Witness demanda a la Unión Europea que la proposición no obligatoria se sustituya por disposiciones obligatorias que fuercen a las empresas europeas a abastecerse de minerales de forma responsable y que esta disposición alcance al mayor número posible de empresas con base en Europa y no sólo al 0,05% actual, porcentaje que se juzga como irrisorio. También se pide que la disposición acordada incluya otros recursos naturales como los diamantes, el carbón y el cromo, susceptibles de financiar grupos armados y fuerzas de seguridad brutales. Se exige que se tengan en cuenta todas las prácticas que atenten contra los derechos humanos.
Las ONGs llaman a colaborar también a los ciudadanos que consideren que la fabricación de un teléfono móvil o de una tableta no justifica que se esclavice a personas o que se conviertan a niños de 7 años en soldados.
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Source : GreenIT.fr
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