Claro, no se puede exonerar a la empresa que explota a la mina de su responsabilidad. Aquí os dejo un enlance donde podeis ver el historial de accidentes de la mina y de estos “empresarios” de medio pelo, que ni se dignaron a hacer acto de presencia en la mina, por temor a los reproches y de enfrentarse cara a cara con las consecuencias de su avaricia, pero tampoco se nos puede escapar que, si se comportan como lo hacen, es porque el marco legal en el que desarrollan su actividad, es demasiado laxo y la posibilidad de sanción, es más económica, que optar por un trabajo de calidad. Este marco lo determinan, sin duda, los gobiernos.
El poder comunicativo del que a partir de ahora se verán investidos los 33 mineros (cualquier declaración que hagan suscitará el interés de los medios) sirva para alzar la voz en contra de las condiciones en las que trabajan.
Es ilusionante la actitud inicial de esta gente. En una misa celebrada en el lugar de la tragedia, todo estaba preparado para una despedida y cierre emotivos. Apartados, muchos de sus ex-compañeros, reclamaban el pago de sus salarios, o al menos, la libertad para poder buscarse la vida en lares más provechosos. Sus pancartas rezaban: “No somos 33, somos 300″ o “estamos atrapados en la superficie”. Pues bien, algunos de los 33 mineros, se saltaron el protocolo acudiendo en apoyo de los manifestantes y dejando claro que trasladarán sus demandas a Piñera, en su próxima visita a la Casa de la Moneda (Moncloa chilena).
Darío Segovia dando su apoyo a los manifestantes
Me alegra ver que todos los abrazos, flashes, atención mediática, honores y fotos con gente “importante”, no hayan nublado la razón de estos trabajadores.
Se les tiene que dar el tratamiento de lo que realmente son, no son héroes, son víctimas de un accidente de trabajo (la salida de emergencia estaba sin terminar, era más urgente reanudar la explotación). Fueron víctimas de unos patrones que primaban sus propios beneficios, sobre la seguridad de sus asalariados.
Tengo la esperanza de que se puedan convertir en el altavoz de mucha gente y no en héroes nacionales, circulando por los platós de televisión, caricaturizados cuan personajes de gran hermano. Valgan estos ejemplos, el Real Madrid, ya los ha invitado a presenciar un partido en el Bernabeu, Steve Jobs les ha regalado un Ipod a cada uno, una marca de gafas estadounidense les ha enviado las gafas de sol que ahora llevan (gran visión la de estos señores) y esperemos que la Coca-Cola no les seduzca para bebérsela, en una suerte de “product placement”, durante sus ruedas de prensa.
Muchos de los mineros dicen que ha sido Dios el que les ha dado fuerzas para aguantar, espero que ese Dios les siga insuflando el mismo apoyo fuera (y que se le aparezca al resto de chilenos de paso), porque lo necesitarán, incluso más; y que esta tragedia no se convierta en una exaltación nacional mal entendida que permita reafirmar en el trono a los siervos del capital.
Alegría por el que los 33 hayan salido con vida SÍ, pero ahora es el momento de salvar muchas vidas y mejorar otras tantas.