Cuando mi amiga Inés me regaló una bolsa con membrillos del pueblo recién recolectados, no sabía muy bien qué hacer con ellos, a parte del típico dulce de membrillo. Días más tarde, A se puso a revolver por la cocina, y entre los moldes que tengo guardados, le llamaron la atención unos en concreto: los mini bundt cakes. En mi cabeza se encendió una lucecita y me puse manos a la obra.
Quién me diría a mi que despediría el año, bloguerilmente hablando, con una receta. Hace tan solo unos meses estaba en el dilema de si incluir esta sección en el blog, y haciendo balance, no puedo estar más agradecida y contenta por la acogida que ha tenido.
Al final han encajado todas las piezas para que en mi casita virtual os esté esperando con el horno encendido, desde la escalera seguro que ya percibís el dulce perfume del membrillo. Pasad, la puerta esta abierta. Os espero sentada con mi tacita de té de rooibos, canela y naranja, y una bandeja de media docena de estos deliciosos, jugosos y perfumados mini bundt cakes. Sentaros, y disfrutad.
Elaboración:
- Precalentamos el horno a 180º
- En un bol batimos los huevos junto con la panela, ayudándonos de las varillas de la batidora para que cojan la mayor cantidad de aire posible.
- Añadimos medio vaso de aceite de oliva virgen extra y continuamos batiendo.
- Pelamos y troceamos el membrillo, y posteriormente lo trituramos en un procesador de alimentos.
- Poco a poco lo vamos incorporando a la masa.
- Añadimos la cucharadita de canela molida.
- Vamos incorporando muy poco a poco la harina, tamizada previamente. Cuando esté totalmente integrada, añadimos la cucharada de levadura.
- Repartimos la masa en los mini moldes, los míos eran de silicona por lo que no tuve que engrasarlos previamente, si no lo son, recordad hacedlo para que no se pegue la masa.
- Hornear unos 20 min, o hasta que pinchando la masa, el cuchillo salga totalmente limpio.
- Dejar enfriar antes de desmoldar y si se desea, decorar con azúcar glass.
El resultado son unos dulce mini bocados, muy jugosos y aromáticos. Espero que aprovechando estos días de fiesta que aún nos quedan por delante, os animéis a prepararla. Si la hacéis, no dejéis de hacerme llegar vuestra opinión.
No quiero despedirme hoy sin dejar de desearos una feliz salida y entrada de año. Que todos vuestros deseos se cumplan en este año que está por comenzar. Yo os seguiré esperando por aquí, y brindaré por lo afortunada que me siento por tener vuestra compañía.
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