Me encanta encontrarme viviendas en España que se alejan de las casas-museo tan típicas de nuestras abuelas, ya me entendéis, esas casas donde ni un centímetro de pared ni suelo podía quedar a la vista y debía ocuparse con muebles o cuadros hasta que prácticamente no se viera de qué color estaba pintado :O Se nota que las cosas están cambiando y que empezamos a valorar más el espacio y la luz, que son dos elementos que hacen de un hogar un sitio limpio y despejado haciendo la vida diaria más fácil. Una pena que esta casa no tenga el suelo de madera, porque la haría infinitamente más cálida a pesar de la austeridad, a ver que os parece.
Vía: desire to inspire, interiorismo: Francesc Rifé, fotografías: Eugeni Pons