Al parecer el Ministro del Interior griego posó para la típica foto oficial en su despacho delante del ordenador… en el que podía verse un post-it con su usuario y contraseña apuntados. Una costumbre tan arraigada como inocente y nociva para la seguridad, más propia de descuidados y novatos que de alguien que dirige los Servicios de Inteligencia de un país.
Aunque la historia podría parecer de esas demasiado buenas para ser ciertas todo parece indicar que es bastante real: al poco tiempo los responsables de la web griega retiraban la foto para subir otra versión «recortada» en la que ya no podía verse el post-it. Pero con un poco de paciencia y ampliando el original era fácil leer la contraseña, que para colmo resultó ser una de las más triviales del mundo: 123456
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