¿Te ha pasado alguna vez que mientras te quedabas dormido despertaste producto de un movimiento abrupto de alguna parte de tu cuerpo?. A esto se le llama “Mioclonía de la ensoñación” y consiste en una serie de movimientos y contracciones musculares que pueden desplazar una extremidad. Por lo general estas contracciones musculares son abruptas, rápidas e inesperadas, pero no tienen significado patológico. A veces afectan al cuerpo entero. Las personas sienten que caen al vacío o tropiezan con algún elemento. Cuando este movimiento es más intenso incluso puede llegar a despertar a quien lo padece.
Ante esto, el médico neurólogo del Hospital de Linares, Ramón Jara Vega, enfatizó que estos movimientos en la mayoría de los casos no son sinónimo de alguna enfermedad. Sin embargo, las mioclonías sí pueden constituir -en algunos casos puntuales- síntomas de epilepsia, pero ello debe ser diagnosticado por un especialista a través de exámenes como: un encefalograma o una polisomnografía (estudio eléctrico del cerebro en la etapa del sueño). Por lo general, estas micloconías fisiológicas aparecen en el inicio del sueño, es decir, en la transición de sueño a vigilia. Es aquí cuando los pacientes sienten que caen al vacío. También estos espasmos afectan a la persona cuando está dormida, y se manifiestan en los movimientos periódicos de las piernas. Pese a que resultan molestas tanto para quienes sufren estas alteraciones como para sus familiares, éstas no deben causar preocupación por ser movimientos fisiológicos naturales. Pero, el paciente puede recurrir a un especialista si considera que su situación es fuera de lo normal.
Creencias populares
Existen distintas creencias populares que tratan de dar explicación a la mioclonía del sueño. Una indica que algunas personas experimentan estos movimientos involuntarios en sus extremidades cuando antes de acostarse ingirieron sustancias como café, algunos medicamentos o no durmieron en más de 24 horas. Otra señala que al dormir los músculos se relajan de manera abrupta. Por lo tanto, el cerebro lo interpreta como si las extremidades se estuvieran cayendo, por lo que manda un impulso para que éstas nuevamente vuelvan a su posición normal. Este impulso se traduciría en un espasmo que incluso despierta a los pacientes.
Publicado en biobiochile.cl