Revista Religión
“Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando!” 1 Timoteo 4.15
Me irrita este versículo, particularmente por los devocionales de los últimos días. He estado escribiendo últimamente sobre carácter, si los demás nos ven o no como personas “seguras” y asegurarnos de tener una buena reputación con la gente fuera de la iglesia. Pero este versículo lo lleva todo a otro nivel y me da justo en el nervio.
Pareciera que Timoteo estaba en una edad en donde estaba siendo líder de su comunidad cristiana, sin embargo, lo suficientemente joven como para que algunos dudaran de él. La mayoría de los relatos le ponen entre los 30 y 40 años de edad, al momento de esta carta.
Entonces él no era un jovencito, él era un adulto. De la primera carta escrita a Timoteo, “1 Timoteo”, vemos claro el hecho de que él tenía claro su llamado en la vida y que tenía dones específicos, talentos y habilidades que estaba cultivando. Pero esto es lo que me irrita. Teniendo en cuenta a la gente que le cuestionaba, ya sea su edad, experiencia, carácter o lo que sea, Pablo le anima a trabajar mas duro en esas áreas PARA QUE la gente vea su progreso.
He estado en situaciones en las que sé que tengo la capacidad, la habilidad, experiencia y el talento suficiente y que tengo la edad suficiente para hacer las cosas que estoy haciendo y que estoy haciendo bien. Y luego alguien viene y comienza a cuestionar algún aspecto de quien soy o lo que hago. Típicamente este tipo de personas son arrogantes y en quienes nunca confiaría. Pero a causa de ellos, de su opinión, me encuentro en una situación en la que estoy siendo desacreditado. Lo ultimo que quiero hacer en ese momento es demostrar que sí puedo y que sí sé. Creo que muchos de nosotros hemos estado en situaciones similares, ya sea con el jefe, los padres, los suegros, profesores o figuras de autoridad.
Acá esta el problema. El versículo anterior nos esta diciendo que debemos trabajar duro para mejorar en esas áreas PARA QUE los demás a nuestro aldedor vean nuestro progreso. Eso me irrita.
Pero esto es lo que debo recordar en estas situaciones. No estamos “mejorando” o “demostrando nuestro valor y capacidad” en estas áreas a esa persona que comenzó con las dudas y el chisme, simplemente estamos demostrándole a la gente afectada por ese chisme que somos competentes y llenos de sabiduría y gracia. Si la gente no confía que tenemos estas cosas, entonces no confiarán en nosotros.
Hoy, aunque sientas que tienes la capacidad y habilidad suficiente, que tienes la edad suficiente, la experiencia suficiente, que tienes talentos y dones suficientes para hacer lo que estas haciendo, a veces necesitas demostrarle esa verdad a los demás, a través de tu arduo trabajo. Sacúdete ese primer sentimiento de irritación y molestia y sé la persona que Dios te creó para ser. No te enfoques en esa persona que comenzó las dudas o el chisme, enfócate en la meta por delante; amar a los demás.
Robert & Rebecca Vander Meer
LaArboleda.net
Ezekielsgrove.com