Revista Insólito

¡Mira que morirse así!

Publicado el 23 agosto 2011 por Curioso


Las muertes más tontas de la historia

El genial dramaturgo Tennessee Williams (1911-1983) murió en su baño cuando, tratando de abrir con la boca un bote de pastillas, el tapón finalmente salió disparado hacia su garganta y lo asfixió.

Quizás la muerte más estúpida de la Historia es la de François Vatel (1631-1671), cocinero de Luis XIV. Horas antes de que comenzara una cena para 2.000 personas, el inventor de la crema chantilly se atravesó el corazón con una espada. ¿La causa? No pudo afrontar que el marisco llegara a su cocina con retraso.

Sir Francis Bacon, durante una fuerte nevada, decidió comprobar si era cierto eso de que el frío retrasaba la descomposición de los cadáveres. Mató un pollo y salió a enterrarlo al campo, contrayendo una grave pulmonía que acabaría con su vida días después.

Kenneth Pinyan de Seattle murió de peritonitis aguda después de intentar un coito anal con un semental en la ciudad de Enumclaw, Washington. Pinyan había hecho esto antes, y retrasó su visita al hospital por varias horas, dado a la repugnancia luego del conocimiento oficial, el caso condujo a la prohibición del sexo con animales en Washington.

Federico I Barbarroja, tras cabalgar por el desierto en Tierra Santa embutido en su pesada armadura, el emperador se sintió tan excitado cuando llegó al río Saleph, que se lanzó a sus aguas para apagar la sed. Desafortunadamente, olvidó quitarse la armadura y se hundió como un yunque. Otra versión dice que fue su caballo quien lo lanzó al agua mientras atravesaba el río.

El poeta chino Li Po es considerado uno de los dos más grandes de la historia literaria china. Era muy conocido por su amor al licor y se sabe que escribió muchos de sus grandes poemas mientras estaba borracho. Y en ese estado se encontraba la noche en que cayó de su bote y se ahogó en el río Yangt-ze al intentar abrazar el reflejo de la luna en el agua.

El austriaco Hans Steininger supo ser famoso por tener la barba más larga del mundo (de casi un metro y medio) y por morir a causa de ella. Un día de 1567 hubo un incendio en su ciudad y en la huida Hans se olvidó de enrollar su barba, la pisó, perdió el equilibrio, tropezó y se rompió el cuello.

Después de la guerra civil norteamericana, el controvertido político Clement Vallandigham, de Ohio, se transformó en un exitoso abogado que rara vez perdía un caso. En 1871 defendió a Thomas McGehan, acusado de disparar contra un tal Tom Myers durante una disputa en un bar. La defensa de Vallandigham se basaba en que Myers se había disparado a sí mismo al empuñar su pistola cuando estaba arrodillado. Para convencer al jurado, Vallandigham decidió demostrar su teoría. Desafortunadamente, utilizó por error una pistola cargada y terminó disparándose a sí mismo. Con su muerte, Vallandigham demostró la teoría del disparo accidental y consiguió exonerar a su cliente.

 Bobby Leach no temía cortejar a la muerte: en 1911 fue la segunda persona en el mundo en sobrevivir a una caída en barril por las cataratas del Niágara. Realizó muchas proezas de ese tipo, por lo que su muerte es especialmente irónica. Caminando por una calle de Nueva Zelanda, Leach tropezó con un pedazo de cáscara de naranja. Se rompió la pierna tan mal que debió serle amputada. Murió debido a complicaciones de la cirugía.

De acuerdo con la leyenda, el místico ruso Grigori Rasputin (1869-1916) fue primero envenenado con suficiente cianuro para matar diez hombres, pero eso no lo afectó. Entonces sus asesinos le dispararon por la espalda con un revólver. Rasputín revivió poco después. Le dispararon tres veces más, pero Rasputín seguía vivo. Así que entonces fue molido a palos, y por las dudas arrojado a las aguas heladas del río Neva.


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LOS COMENTARIOS (1)

Por  "Jenitor"
publicado el 27 agosto a las 01:15
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Una vez leí en la prensa una persona que murió al caerle una tortuga en la cabeza en plena campiña. Al parecer un águila llevaba la tortuga y se le resbaló por lo redondeado de su carapacho.Tenía un tío que murió de novio. ¡No vió la gandola que venía y lo estripó..! ¡ja,ja..! ¡Un chistecito para variar..!