LITERARIOS
Los grandes nombres literarios han conseguido hacerse un hueco.
-Un clásico lo encontramos en la Odisea del poeta griego Homero. En el poema épico, se nos habla de Proteo, el dios del mar que podía predecir el futuro y que cambiaba de forma para evitar responder el porvenir de las personas y contestando solo a quien era capaz de capturarlo. Hoy en día, proteo es una persona que 'cambia constantemente de opiniones y de afectos'.
-Una palabra que está en desuso es acates. Acates era el compañero fiel de Eneas en la epopeya latina de la Eneida de Virgilio, y entre 1721 y 1989 fue de uso común con el significado de 'persona muy fiel'.
-Ocurre todo lo contrario si te llaman tartufo. Con mayúscula inicial no solo fue una de las comedias más conocidas de Molière, sino también el protagonista principal. Uno se puede hacer una idea de cómo se le representa en la obra si mira en el diccionario y descubre que este sustantivo alude a un 'hombre hipócrita y falso'.
-¿Y qué me decís de Juan Tenorio? ¡Cuánto ha influido José Zorilla con su obra! Mirad, tenorio significa 'hombre mujeriego, galanteador, frívolo e inconstante', pero es que este drama romántico nos ha dejado palabras como donjuán o dondiego. Ambos se refieren a 'seductor de mujeres'.
-Uno de los más conocidos corresponde al escritor checo Kafka, y algo kafkiano alude a una 'situación absurda y angustiosa'.
-Perderse en una isla tampoco está tan mal, sobre todo si te llamas Robinson Crusoe. Hoy en día, si alguien te llama robinsón, eso es que te toma por una persona que en la soledad y sin ayuda ajena llegas a bastarte a ti mismo.
BÍBLICOS
Estos son solo algunos de los nombres comunes de la Biblia. He de reconocer que aquí hay algunos de mis favoritos.
-Por ejemplo, Benjamín tuvo la suerte de ser el último hijo y además predilecto de Jacob. Por ello, benjamín ha pasado a ser sustantivo con la acepción de 'hijo menor y por lo común predilecto de sus padres' y como el 'miembro más joven de un grupo'.
-Otros no lo han tenido tan fácil, y San Pablo se desahogó con gusto y saña en su epístola ad Ephesĭos, 'a los efesios', después de haber ido a predicar a Éfeso, donde sufrió unas cuantas penalidades. Desde 1778 adefesio pasó a ser un sustantivo y hoy en día tiene dos acepciones: 1) 'persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea', y 2) 'despropósito, disparate o extravagancia'. Si le queréis dar sentido a estos significados, os animo a leer la epístola de San Pablo. ¡Suerte! (después nos lo contáis).
-Y como la cosa trata sobre penalidades, os presento a Jeremías, un pobre individuo que se lamentó tanto en vida al ver la destrucción de la ciudad de Judá, que el diccionario no dudó en sustantivarlo. Por lo tanto, una jeremiada es una 'lamentación o muestra exagerada de dolor'.
-Judas es de esos nombres que no necesitan presentación. Este primo hermano de Nerón, lo encontramos en el diccionario desde el siglo XVIII. Hoy en día, judas tiene varios significados. Me quedo con el primero: 'hombre alevoso y traidor'. Sin embargo, la segunda acepción no tiene desperdicio: 'gusano de seda que se engancha al subir al embojo y muere colgado sin hacer su capullo'. Ahí lo dejo.
-Sin duda, el que pasó más aventuras y desventuras tuvo que ser Matusalén. El patriarca bíblico vivió 969 años, y hoy, matusalén es un sustantivo que se le atribuye a un 'hombre de mucha edad'.
-Por último, tenemos a Barrabás, que solo por conocer a Jesús en la cárcel ya tiene su parcela en el diccionario. Era un rufián de los que ya no quedaban y fue encarcelado junto con el hijo de Dios y sentenciado también a la crucifixión. Al ser Pascua, Poncio Pilatos indultó a uno de los presos. ¿Ya sabéis quién pudo dormir en casa, no? Efectivamente, no fue Jesús, quien tuvo un aciago final. Y menos mal, digo yo, porque si no la Biblia se hubiera quedado sin saber qué escribir. ¡Ah!, barrabás significa 'persona mala, traviesa y díscola'; de la misma forma barrabasada es una 'travesura grave, acción atropellada', aunque yo creo que debería encarnar el significado de 'tipo con suerte'.
CURIOSEANDO...
En el principio, ya existía el verbo, si es que ya lo dijo el apóstol San Juan. Y tenía razón, tanta que en 1734 el Diccionario de autoridades recogió el verbo jesusear, que significa 'repetir muchas veces el nombre de Jesús'. No es un sustantivo, pero me ha parecido igual de curioso. Puede que sea el verbo menos utilizado hoy en día en español; de hecho, tuvo su momento álgido entre 1815 y 1826 y poco a poco está llegando a la extinción.
Como veis, la lista es larga, y seguro que conocéis más sustantivos de este tipo. Ahora os pregunto. ¿Os gustaría aparecer también en el diccionario? Pues nada, solo tenéis que pasar a la posteridad por un hecho importante, a poder ser que cambie el acontecimiento de la historia y si es en el ámbito religioso, mejor, aunque creo que todos los nombres bíblicos ya están cogidos. Miremos entonces en la sección 'milagros'.
Y estad muy atentos a sus pantallas porque próximamente publicaré la segunda parte de ¡Mira quién sale en el diccionario! Más personajes carismáticos y curiosidades que se han quedado a vivir en el diccionario. Desde luego, mérito no les ha faltado.