Seguro que hay muchas características o ingredientes que nutren los procesos de aprendizaje como la sensibilización de la mirada, la escucha atenta, el desarrollo de la afectividad infantil, el desarrollo del pensamiento simbólico, diversas dimensiones estéticas, etc. Todos y cada uno de estos aspectos han de ser también explorados y compartidos por los docentes. Pero en definitiva se trata de una actitud de integración que implica preservar en los niños su esencia sensitiva y su relación con el mundo que le rodea, buscando un medio que habilite vivencias para expresar su imaginación, ampliándola y transformándola, asegurándonos un crecimiento armónico. Sin olvidar que es interesante recrearnos en estos procesos, apreciandonuestra libertad creativa y la belleza que supone percibir el mundo con la mirada del otro.
Tal vez aquellas miradas necesarias en la escuela son nuestras miradas, aquellas del docente que ve al niño tal y como es. O bien son todos los modos de ver las cosas, de cómo tratar la lluvia o de cómo colocarte debajo de ella, de cómo organizarla, o guardarla para luego ser vuelta a mirar. ¿Cuál sería la mirada de la escuela?
El proceso de creatividad nos proporciona esta otras miradas en ese otro modo de hacer las cosas descubrimos otros modos de escribir, de jugar, de entender el placer y la motivación, comprendemos así otro modo de hacer las cosas. El juego creativo es una forma de crear nuevas posibilidades. Son posibilidades infinitas que recrean aquellos aspectos que en nuestra vida que nos emociona, serán aquellos acontecimientos que se convierten sin duda en los más importantes de nuestra vida como todo lo invisible. En el proceso de creación ocurren siempre momentos mágicos. Solo nos hace falta las ganas de jugar y de Ser.
Trabajo realizado por los niños de cinco años, un intercambio de cartas y mensajes en sobre transparentes. Cada día ponían un mensaje o dibujo a su amigos, intercambiando ideas e imágenes. Gracias Annie por tu colaboración.