Revista Cultura y Ocio

“Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)”, de Fernando Delgado

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Con la figura tutelar de Vicente Aleixandre como hilo conductor, Fernando Delgado evoca en Mirador de Velintonia el tiempo irrepetible del regreso de los exiliados.»

“Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)”, de Fernando Delgado

Cubierta de: ‘Mirador de Velintonia’

Aunando los oficios de narrador y periodista, Fernando Delgado recrea la estampa de un tiempo irrepetible vivido en torno a una casa, Velintonia, la que fuera residencia en Madrid de Vicente Aleixandre. Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982), el nuevo libro del escritor canario, tiene mucho de memoria personal, aunque se centra sobre todo en los otros, y en particular en los exiliados de fuera o de dentro –los habitantes del llamado exilio interior y su círculo de amigos– que fueron reintegrados a la vida colectiva a lo largo de la década de los setenta, entre el tardofranquismo y los inicios de la democracia. Velintonia era el nombre de la calle donde estaba esa célebre casa, un espacio de acogida para la amistad y la poesía que marcó las relaciones de toda una generación de poetas e intelectuales de aquellos años vividos tan apasionadamente.

El libro, según explica su autor, no es un libro sobre Aleixandre sino con Aleixandre, “ni tampoco quiere ser un recuento de los fieles visitantes de Velintonia, porque tampoco es un libro sobre Velintonia exclusivamente. Hablo más de aquellos amigos que nos eran próximos, sin voluntad de excluir a muchos otros que le fueron próximos a Aleixandre, aunque formaran parte de grupos distintos”. No se trata, pues, de una antología, sino que la memoria desordena el relato o lo ordena a su capricho: “Mucho antes de frecuentar aquella casa –explica Fernando Delgado- , yo sabía a través de algunos amigos lo que la casa y su dueño significaban para todos. Velintonia era el nombre de la calle donde estaba la casa de Aleixandre, sí, pero para nosotros, los que allí íbamos, era el nombre de un espacio de la poesía y la amistad. Velintonia era  un espacio de acogida para poetas principiantes y para excelentes poetas de aquí y de allá. Un lugar de encuentro para los muchos y muy variados amigos que Aleixandre tenía en España y en el mundo. Y sobre todo, más que un lugar de fiesta, un espacio para la conversación en el que el poeta recibía generosamente para hablar de la literatura y de la vida con talento, repartiendo muy bien o muy adecuadamente las confidencias. Así que cuando oigo el nombre de Velintonia me vienen voces del pasado que han sido fundamentales en mi vida. Es un lugar de los recuerdos. En mi encuentro con Pablo Neruda, cuando él  pronunció el nombre de Velintonia manifestando las ganas que tenía de volver allí, aquella casa se convirtió para mí en un espacio a conquistar”.

Evidentemente, en este libro hay palabras de recuerdo para Vicente Aleixandre, “que fue para muchos de nosotros una referencia literaria de muy merecida admiración. Pero además de su talento y su creatividad, que tanto hemos reconocido, poseía un don para entrar en el alma de los demás verdaderamente extraordinario. Y también para unirnos. Fue un creador formidable, pero además un hombre con una conciencia cívica y una responsabilidad moral extraordinarias. Tampoco le faltaba humor para contarnos sus experiencias vitales ni capacidad para memorizar el relato de su vida y la de los demás a unos o a otros y administrar bien lo que contaba. En ese sentido, tan bondadoso y generoso como él solo he conocido en el mundo de la literatura a Francisco Brines, Carlos Bousoño y José Hierro”.

“Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)”, de Fernando Delgado

José Luis Cano y Vicente Aleixandre, dos de los protagonistas de esta crónica tan personal.

Delgado recuerda cuándo empezó a ir a aquella casa, a principio de los años setenta, en el tardofranquismo: “Lo peor de la posguerra había pasado ya, como era natural. Y aunque algunas maldades íntimas pudieran darse en aquellos años, no creo que fuera aquel un tiempo de maldades ni de desengaños. Todavía vivíamos una dictadura, pero Aleixandre llegó a vivir la alegría de la democracia y a celebrarla con verdadero entusiasmo”.

Del espíritu de aquella casa, Fernando Delgado cree que queda la obra que allí fue escrita, las emociones que se vivieron y permanecen en tantos poemas y tantos libros y, por supuesto, la memoria del que fue su poderoso habitante: “Pero claro que hemos cambiado, como fue cambiando el propio espíritu de la casa a lo largo del tiempo en que estuvo viva. Por lo demás, ya es una casa muerta sin ni siquiera un muerto que la habite. Y me interesa mucho aclarar, y aclarar rotundamente, que este libro se titula “Mirador de Velintonia” y no “Mirador sobre Velintonia”. Con independencia de que la casa de la calle Vicente Aleixandre 3, tenga o no quien la habite, tenga o no quien la compre, aquel otro antiguo domicilio (Velintonia, 3, Madrid) tuvo su propia historia irrepetible. Para muchos, más que una casa es ya un sueño, para otros una legítima propiedad privada y no falta quien la considere generosamente un templo y la quiera sin intereses bastardos. Para mí, Velintonia 3 es uno de los domicilios del sueño. A lo mejor allí habitan la mayor parte de mis muertos, aunque faltan algunos”.

Lee y disfruta un fragmento del libro.

“Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)”, de Fernando Delgado

Fernando Delgado durante la rueda de prensa de presentación de su libro (Foto: Javier Velasco Oliaga)

El autor:
Fernando Delgado (isla de Tenerife, 1947) es autor de las novelas Tachero, premio Benito Pérez Armas 1973Exterminio en Lastenia, premio Pérez Galdós 1979Ciertas personas (1989); Háblame de ti (1993); La mirada del otro (Premio Planeta 1995, llevada al cine por Vicente Aranda); No estabas en el cielo (1996); Escrito por Luzbel (1998), para cuya escritura contó con una beca de creación literaria de la Fundación Juan March; Isla sin mar (2002) y De una vida a otra (2009). Su poesía se contiene en Proceso de adivinaciones (1981), Autobiografía del hijo (1995), Presencias de ceniza (2001) y El pájaro escondido en un museo (2010).
Licenciado en Ciencias de la Información y periodista en prensa, radio y televisión, publicó también libros de artículos y ensayos como Cambio de tiempo (1994) y Parece mentira (2005). Obtuvo el premio Europa en Salerno en 1986, el Ondas Nacional de Televisión en 1995 por su tarea de difusión cultural en los telediarios de fin de semana de TVE, la Antena de Oro de la Asociación de profesionales de radio y televisión ese mismo año y el premio Villa de Madrid de periodismo Mesonero Romanos en 2006. El gremio de bibliotecarios de la Comunidad Valenciana lo distinguió en 2010 como bibliotecario de honor.

El libro:
Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982) ha sido publicado por la Editorial Fundación José Manuel Lara. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 256 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el vídeo grabado por José Belló Aliaga durante la rueda de prensa de presentación del libro.

Para saber más:
Fernando Delgado en Wikipedia.

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