"Mirai, mi hermana pequeña" nos cuenta como un hijo único se ve poseído por los celos cuando sus padres deciden tener otra hija. Cuando ésta nace, él se siente apartado, ya que toda la atención que él acaparaba se ve desplazada hacia su hermana recién nacida. A partir de aquí, la película cuenta la historia de este niño con la presencia de su hermana desde el futuro, que le hace ver como el amor de sus padres no es unidireccional hacia ella, que aún le quieren, y le obliga a adentrarse en una historia que copará la trama principal de la película.
La cultura japonesa está consagrada en nuestra sociedad, nada de raro ya hay en ello. Hace un tiempo se pudo afirmar que se encontraba en absoluta moda. Multitud de mangas y animes traspasaban fronteras, nos llegaban, y nos demostraban que el mundo de la narrativa era mucho más que lo que occidente podía ofrecer. La cultura pop tuvo mucho que ver también en este proceso de consagración. A partir de los 80, esta animación despegó sin saber cual iba a ser su techo, y, aún parece que no lo sabe, ya que, con modificaciones sustanciales, lógicas por otro lado, por la diferencia de décadas que separan su inicio con la actualidad, más que en auge la cultura japonesa se encuentra en una etapa de cohesión con todo lo que nosotros conocemos desde que tenemos uso de razón. Esto no solo ocurre en el ámbito narrativo, si no que se ve en muchos ámbitos de nuestro día a día. La globalización es un hecho, y el intercambio de culturas y el éxito en concreto de la japonesa, es toda una realidad.
Por ello no nos extraña ya la multitud de estrenos que llegan desde oriente. Al principio, como ya hemos señalado, concretamente desde los 80, eran mangas o anime lo que más nos golpeaba, y se empezó a crear el fenómeno fan que aún sigue en pie. Esta tendencia sobrevivió al paso de varias décadas, pero de un tiempo a esta parte, a estos formatos se han añadido los largometrajes, tanto animados, como reales. La cultura japonesa tiene algo especial, su manera de contar las historias, con una perspectiva totalmente diferente nos atrae y nos acerca a lo menos conocido. Nos hace volar la imaginación hasta sitios que nuestra concepción del mundo no logra vislumbrar. Esta es la principal causa de su éxito, y aunque ya mezcle la fantasía con la más pura realidad, la ficción japonesa siempre tendrá ese elemento especial que nos atrae tanto y que parece irresistible.
Mirai, mi hermana pequeña, tiene todos los elementos que acabamos de señalar. Es una película nueva, que deja de lado la fantasía de los mangas, pero que no la abandona por completo para contar su historia. A parte de ella, toma como punto de partida una historia preciosa de amor fraternal que nos hace ver el lado más personal y tierno de dos hermanos en el seno familiar.
Como vemos, la película mezcla la fantasía con el drama familiar, haciendo de sus personajes de animación verdaderos reflejos de personas, y de sentimientos que todo ser humano puede llegar a sentir en su vida. La película es minimalista y preciosista, tiene alma y personalidad propia, está contada con mucho cariño y respeto al espectador, y vista desde un prisma diferente al que nosotros utilizamos para recibir la narrativa. Aquí entra el elemento especial del cine japonés, desprende un respeto y una tranquilidad sosegada que todo guión y montaje agradece, como también lo agradece el espectador, que, cuando se enfrenta a un producto de su factoría, lo hace con gusto, y consciente de que va a disfrutar de un resultado final con mucha probabilidad de ser satisfactorio.
El director, Mamoru Hosoda, tiene casi la totalidad de la culpa de que esta película triunfe. Además de su última película, tiene títulos muy recomendables como "El niño y la bestia", y "Los niños lobo". En todas ellas utiliza una fórmula parecida, y resume todo lo que nosotros hemos expuesto anteriormente. Se ve una evolución en la ficción japonesa.
Una ficción que no es excluyente con sus orígenes, si no que, simplemente coge lo mejor de ellos, lo transforma con elementos sociales, sentimentales, y personales, y crea productos mágicos llenos de fantasía y emociones que llegan a los espectadores como un regalo imposible de rechazar. Mirai, mi hermana pequeña es el último exponente de esta nueva ficción que tenemos la suerte de vivir, y que a la vez, nos hace recordar de donde viene, y que llevamos disfrutando de ella desde que se dio a conocer en nuestro país, y que siempre querremos encontrar dentro del mundo cinematográfico resultando ser una experiencia única.
- [message]
- ##check## Lo bueno
- Su capacidad de adentrarse en lo más profundo de las personas desde una fantasía tan lejana como creíble.
- ##times## Lo malo
- Los más aférrimos seguidores del director pueden compararla con sus dos o tres largometrajes anteriores, y da la sensación de no haber sido capaz de haberlos mejorado".
- [accordion]
- Ambientación 7.5
- Una ambientación correcta e idónea para la historia que se desarrolla en la película. Es una trama de personajes más que de ambientación, aun así resulta acorde a lo que vemos en pantalla.
- Desarrollo de Personajes 8.5
- Uno de los mejores aspectos de la cinta, ya que es el pilar básico de la historia. La película lo sabe y lo explota al máximo llenando el metraje de momentos con carisma y con alta carga sentimental.
- Argumento / Guión 8.0
- Otro aspecto que resulta parejo al del desarrollo de los personajes. El éxito del primero está basado en el acierto de éste. Un gran guión con un gran dibujo del carácter de los personajes protagonistas.
- Banda Sonora 7.0
- Preciosista como la historia. Correcta y adecuada con la trama y el espectador.
- Entretenimiento 7.5
- Funciona a la perfección como un ejercicio de entretenimiento visual. Parte de ello es la perfecta animación que nos muestra la historia.
- Montaje / Innovación técnica 8.0
- Muy bien desarrollada y conformada por escenas que muestran una historia realista y disfrutable. Tiene todos los elementos para triunfar y lo hace.
- [message]
- Puntuación Total 8 / 10
Trailer:
Fuente Imágenes: A Contracorriente Films