Mírame – @DeNegraTinta

Si me ves de pie es porque las prótesis que lleva mi alma son a prueba de todo. He pasado de ser la mujer perfecta a una loca que por ratos llora y se lamenta a escondidas para después reír a carcajadas . No he perdido más de lo que he ganado, mis pies no han tocado fondo, todavía me mantengo a flote. Nadie, ni siquiera tú sabe quién soy solo yo.

Dicen bien que el que busca encuentra. Gracias entonces por abrirme los ojos sin habértelo pedido, por la falsedad de tu amistad y la hipocresía de tu trato, alguna vez me hicieron muy feliz. Gracias por haberme escuchado con atención para juzgarme sin pensarlo, por no apoyarme cuando más falta me hacías. Gracias por darle la razón a quién nunca la tuvo, por decirme amiga cuando nunca lo fui, por llamarme hermana cuando no lo merecías. Porque aunque no lo creas yo también me equivoque —mentirosa no fui— solo guarde lo que pensé podía lastimarte. Gracias también porque sin saberlo me hice más mujer, más madre y más verdad de lo que tú nunca serás.

Ahora mírame, hoy esta también soy yo. La que recibe de madrugada mensajes de él, tu marido. La que muere por decirle que “sí” esperando un “cuándo” y “dónde” que humedezca mis labios y boca no solo de pensarlo. La misma que por las noches lee su urgencia por saberme sola y la desmedida exacta no solo de mis recuerdos sino también de mi deseo.

¿Sabes?, a veces me imagino diciendo que sí a todo. Ya no tengo nada que perder. Sin embargo no soy como tú, te dejaré viviendo esa vida perfecta que aparentas tener a su lado. Continuarás siendo la amada esposa y mujer como la que alguna vez fui, puedes estar tranquila. Mientras tanto lee con atención. Esta no es una carta al portador, tiene destinataria de nombres y apellidos propios. Es una oda a él y un agradecimiento a ti por vendarle los ojos sin habértelo pedido, por la pleitesía de tu amor y la ternura de tu trato. Por haberlo escuchado con atención para juzgarme sin saber todas las partes de la historia, por apoyarlo cuando falta no le hacías. Gracias por darle la razón, por hacerlo perfecto a tus ojos, imbatible y destructor.

Quién podría imaginarte éste gran estuche de monerías.

Mírate ¡Eres tan sorprendente como yo!

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