
Fotografía: Fresno en la Dehesa de Navalvillar, de Mariaje López
Cuando miro atrás comprendo que he logrado vivir con cierta inteligencia, pero me abruma advertir que ha sido más constante mi necedad. Se me encoge el corazón cuando escucho decir a la gente –y más si es de cierta edad–, que no se arrepiente de nada. Yo, que me arrepiento de tanto, y que de tener una segunda oportunidad ansiaría cambiarlo. Hoy solo aspiro a poder mirarme en el espejo, y soportar en paz la imagen que me devuelve de quien soy.
