Mirar a los ojos de la memoria viva.

Publicado en la Revista Matices y en Diagonal como Carta del Lector.
La ley de la memoria histórica quiere reparar el mal a los familiares de ambos bandos. Pero hay miles de historias de las que nadie habla: los hijos de los hijos de la posguerra. Tuvieron una escasa esducación y nadie les va a reparar el daño de ser pobres. En Tierra y libertad por ejemplo, Ken Loach muestra una parte de la miseria humana que nadie quiere conocer en relación al desarrollo del conflicto y los diferentes  bandos dentro del republicano. Barbaridades como la historia de las "trece rosas", que cuenta entre otros Dulce Chacón, jóvenes la mayoría menores, condenadas a la pena de muerte, nos dejan hoy sin aliento. Pero son historias épicas, desgraciadamente. Las historias mínimas, diarias, de la guerray la posguerra, ¿quién las podría escribir? Si hoy hay tantas historias de ésas... Llegar a fin de mes es cada vez más difícil y el trabajo en negro aumenta, también en Alemania. Lean el n° de diciembre de la Stadtrevue, cuyo artículo principal, por Klopotek, se llama "Werden wir alles arbeitslos?", es decir, se pregunta si nos quedaremos todos en el paro, y se refiere al aumento del trabajo "libre de impuestos". Qué clase de memoria histórica mira hacia un lado y todo lo inerte y no directamente a las secuelas de tanta pobreza en nuestro país. Una memoria de anuncio publicitario, de delicado marketing envoltor de la miseria. Si se atreven a mirar a los ojos de la memoria viva, yo puedo presentársela.