Li Po era cristal.
Kant era cristal.
Nos observamos como transparentes
anémonas marinas.
Vemos el corazón violáceo
latir,
vemos los pulmones grises, alas
subiendo y bajando,
vemos los vermes
oligoquetos del pensamiento
royendo bajo el gorro.
Lineo era cristal.
Mozart era cristal.
Francisco José era cristal.
En la barriga transparente
vemos la luna tubular.
Y tras la boca cristalina,
las palabras tragadas.
Un prisionero es cristal,
un policía es cristal,
sesenta robots de cristal
habitan el castillo.
Tras las palabras tragadas
vemos la lana-cristal
de la incesante melodía.
Tan sólo los muertos
corren la cortina
desde el interior.
Versión de Fruela Fernándezdesde la traducción inglesa de Miroslav Holuby David Young