El caso más reciente es el de Miroslava Breach Velducea, abatida este jueves al salir de su casa en Chihuahua, en el norte del país.
La periodista de 54 años se encontraba en su auto preparándose para llevar a uno de sus hijos a la escuela cuando le dispararon 8 veces. Su hijo, que estaba en el vehículo, resultó ileso.
Breach Velducea era corresponsal del diario capitalino La Jornada, colaboraba con el periódico El Norte de Chihuahua y fue directora editorial de El Norte de Ciudad Juárez.
Hasta el momento no se conocen los motivos detrás del homicidio, aunque el gobernador Javier Corral dijo que la principal línea de investigación es su trabajo periodístico "de ahora y de antes".
Tampoco descartó que pudiera existir la participación de personajes políticos o grupos de delincuencia organizada.
En el lugar del crimen, afuera de la casa de la comunicadora en la capital del estado, los presuntos agresores dejaron un cartel con amenazas.
El gobernador no informó el contenido del mensaje para no afectar la investigación, aunque en algunos medios -incluso La Jornada- se publicó que contenía una advertencia contra Corral.
Miroslava Breach era una de las comunicadoras más incisivas de Chihuahua.
Muchas de sus publicaciones se referían a casos de corrupción política, abusos de derechos humanos, agresiones a comunidades indígenas y violencia de carteles de narcotráfico.
Por su desempeño había recibido amenazas, e incluso el gobernador Corral reveló que en los últimos días "fue molestada", aunque no informó de ello a las autoridades.
El crimen, añadió el funcionario en una reunión con comunicadores, difícilmente pudo cometerse por una sola persona.
" Hay una planeación muy bien hecha de este asesinato, por lo que yo no creo que el asesino pueda ser solitario. Ha participado un ejecutor profesional".
Por el asesinato de la comunicadora Corral decretó 3 días de luto en el estado.
Además de esta periodista, en las últimas semanas fueron asesinados los reporteros Ricardo Monluí Cabrera en Veracruz, en el sureste del país, y Cecilio Pineda en Guerrero, en el sur de México.
Desde diciembre de 2012, cuando comenzó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, han sido asesinados 106 periodistas en el país, según datos de la organización Artículo 19.
El 99,75% de los casos no se han resuelto.
Breach Velducea tenía más de 30 años de carrera, realizada casi toda en Chihuahua, aunque empezó su trabajo en un diario de Baja California Sur, en el noroeste del país.
Tras un problema personal decidió regresar al estado, donde colaboró con varios medios locales.
A partir de 1997 fue contratada como corresponsal del periódico La Jornada, donde solía publicar los frecuentes abusos contra las comunidades de la etnia Rarámuri, conocida como Tarahumara.
Uno de los temas frecuentes de sus despachos era la tala ilegal de los bosques de las comunidades indígenas, así como los asesinatos de sus líderes y defensores.
Durante la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), la periodista documentó la creciente violencia en la región.
Las montañas de Chihuahua se convirtieron en campo de batalla entre los carteles de Sinaloa y Juárez. La disputa fue para controlar uno de los corredores de droga más importantes del norte mexicano.
Las comunidades indígenas, agricultores pero sobre todo jóvenes fueron los más afectados.
En junio de 2016, cuando se realizaron elecciones locales en el estado, Miroslava Breach señaló que carteles de la droga habían impuesto a varios candidatos a presidencias municipales.
Y después en agosto publicó una serie de reportajes sobre el desplazamiento de comunidades indígenas por bandas de narcotráfico.
La periodista señaló a un grupo conocido como Los Salazares, vinculados además con la tala ilegal, como los principales responsables de la violencia.
El resultado fueron amenazas de muerte contra ella y su familia, que la comunicadora denunció ante el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Es una dependencia de la Secretaría de Gobernación creada para combatir y atender la violencia contra los comunicadores.
La denuncia de Miroslava no tuvo consecuencias.
Este año la periodista documentó el aumento de la violencia contra defensores de derechos humanos y ecologista s, así como una nueva disputa de bandas criminales que ha provocado decenas de muertes.
Y a principios de marzo denunció el descubrimiento de fosas clandestinas en el municipio serrano de Chihuahua.
Sus colegas, activistas y hasta políticos de oposición la consideraban una periodista incómoda para el gobierno y grupos de poder.
El asesinato de Breach Velducea provocó enojo e indignación en organizaciones de periodistas.
"Hubo signos claros de el riesgo en el que se encontraba nuestra amiga y en lo general, la vulnerabilidad en la que nos encontramos en el gremio periodístico", señaló la Red Libre Periodismo de Chihuahua.
Otro comunicado, firmado por 16 organizaciones de periodistas y decenas de comunicadores, se refiere a los asesinatos ocurridos en los últimos años.
"Nos tocan a todas y a todos, porque nos sabemos expuestos todas y todos", señala el documento.
"Exigimos de las autoridades un cambio completo de actitud, que pasen de la negligencia o la complicidad a un compromiso verdadero".
"Demandamos que se completen las investigaciones pendientes y se inicien las de nuestros compañeros asesinados recientemente, que sean honestas, transparentes y profesionales".
La oficina en México de ONU Mujeres también condenó el asesinato. "Es necesario tomar todas las medidas pertinentes para que este abominable crimen no quede en la impunidad", señala en un comunicado.
Por lo pronto, la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) empezó una investigación del crimen.
El gobierno de Chihuahua, además, estableció protección policial a periodistas cercanos a Miroslava Breach, quienes publican los mismos temas y han recibido amenazas.