Revista Diario
Debo confesar que desde que vivo en Alemania hay ciertas cosas que me llaman la atención pero que, de alguna manera, ya las tengo asimiladas.Lo que aún no he asimilado demasiado bien es que en nuestro piso, en Schönneberg, nuestros vecinos son de lo más sensibles, amables y delicados. Algo raro si los comparas con otros vecindarios. Y es por ello que les quería dedicar un pequeño post en mi blog.Os diré que hace unos meses querían organizar una fiesta en casa por la noche y para ello, escribieron un cartel al lado de la puerta de la entrada. Ahí, explicaban a sus vecinos que si, en algún momento el tono era alto, llamasen al teléfono que indicaban en el mismo cartel. Desde mi punto de vista, todo un detalle de educación que se debería propagar a muchos ámbitos de la sociedad.El otro de los mensajes que recuerdo y que todavía cuelga al lado de la puerta de la entrada es este en el que, resumiendo, nos desean una muy feliz Navidad y año nuevo y dan las gracias por tener buenos vecinos en su vivienda. ¿Y el cerdo? Pues no es sino un símbolo de suerte. Detallistas, ¿no creéis?
