Mis alas por un beso, de Marta Conejo

Mis alas por un besoMarta ConejoISBN: 9788408126812Formato: Digital– 225 Pág.Editorial: Click Ediciones
El día que soñé con volar lo único que pretendía era huir de todo. Sumirme en la noche, como si fuera un destello más. Ahora que el sueño es realidad no todo parece tan fácil. Unas alas que me han obligado a abandonar mi antigua vida, a ser un extraño y a adoptar nuevos ideales.
Sobrevolaba la noche como parte de ella, inmerso en la oscuridad… Hasta que ella comenzó a ser mi luz, mi conexión con una vida que creía perdida… Pero el clan de las alas, seres alados que creen tener supremacía frente a los humanos, me persigue. Un beso. Un simple beso marcaría toda mi vida, encadenándome a uno de ellos. Tan solo un beso.
A pesar de que la literatura juvenil no suele estar entre mis lecturas habituales, de vez en cuando me apetece algo del género para salir del sopor rutinario. Por eso, una vez cada dos o tres meses cae una historia de este tipo. Y en ese sentido, pocas veces caigo en las redes de los grandes best-sellers y sus sagas infinitas: casi siempre elijo un autor novel y bastante joven.
Por eso Mis alas por un beso cumple con la mayoría de requisitos: autora es española, muy joven (20 años me parece) y con su primera novela no ha pasado por la autoedición, sino directamente a un sello de Planeta, que ya es bastante. Y además tiene un extra: un aspecto paranormal que no involucra seres no-humanos. Aparte de otras cosas, que ya iré comentando.
En algún sitio leí que las novelas de ángeles estaban desfasadas. ¿Perdón? Yo es que no sé ni cuando estuvieron de moda, y la verdad es que tampoco importa. Las historias se elegir porque nos interesen o no. Claro que si hemos leído este mes otras 10 novelas casi iguales, tal vez no nos apetezca. Seguramente ninguno de vosotros estará en ese caso, pero aun así debo deciros que esta novela no es sobre ángeles.
Los ángeles (y hablo sin un conocimiento de causa excesivo) se supone que son seres celestiales, puede que con poderes mágicos y por supuesto ni siquiera nos planteamos que sean humanos. Por eso los seres alados de esta novela no son ángeles. Son… eso, seres alados: personas a las que en un momento dado de su vida les han salidos unas alas y por tanto difícilmente se podrán integrar en la sociedad.
El toque juvenil viene porque esa “transformación” tiene lugar antes de los 20 años, donde suelen destacar los chicos con una revolución hormonal en su interior. Para cerrar esa vía (y evitar así otros clichés del género, como los triángulos amorosos), la autora ha creado una serie de normas para seres alados que mantienen la historia en unos niveles de romance muy aceptables. Evidentemente no os voy a decir que son porque corresponden a una parte de la trama que considero que se debe descubrir en su lectura.
Lo que no se puede negar es que con un título que incluye la palabra beso, si que existe un componente romántico. Así que de esta manera podríamos decir que Alex y Clara son los protagonistas, quizás más él que ella. Son personas normales, dos universitarios como cualquier otro (si exceptuamos lo de las alas, claro). Y sí, hay amor de por medio, aunque a él le tira bastante el otro tema que se trae entre manos por lo que el peso no recae exclusivamente sobre esta parte de la trama.
Quizás venga de ahí uno de los peros que le encuentro a la novela, y es la falta de apego de Alex por su vida anterior. Ha dejado claro que no quiere evitar mirar atrás y por eso no ha querido olvidar a Clara (una chica a la que, por cierto, no conoce demasiado y no tenía una historia previa con ella)… ¿y su familia? Vale que las madres pueden sacar de quicio por momentos, pero de ahí a sacarla totalmente de la ecuación, me parece bastante fuerte.
Como os estaba comentando, en general los dos protagonistas son bastante normales y no arrastran pasados oscuros o secretos inconfesables. Son lo que ves. No se puede decir lo mismo de los secundarios, que a falta de definición tienen que añadir el atractivo del misterio: ocultan información y tienen pasados que no conocemos del todo.
Esto, junto con la abundancia de diálogos, hace que el ritmo sea rápido y atrayente. Puede que en algún punto intermedio decaiga un poco la atención, al repetirse mucho las escenas de entrenamientos y peleas, pero que según vamos llegando al final se va haciendo más tenso hasta el punto de no poder soltarlo en el último cuarto.
Casi toda la novela se centra en la acción, por lo que las ambientaciones no tienen mayor importancia. A pesar de tener una localización concreta en Cataluña, no entra en mucho detalle al respecto. De hecho, en cierta manera se aprovecha de esa ambigüedad para no tener que definir ciertos aspectos físicos de los lugares.
En cuanto al estilo y ritmo, la novela es ligera y sencilla. Ya he comentado que se apoya mucho en los diálogos para dinamizar la lectura. En ocasiones he encontrado alguna escena un poco forzada, pero por lo general no supone una traba.
Ya entrando en el final, creo que lo vi venir bastante pronto. Creo que se han dejado muchas pistas a lo largo del texto, y como lo fui leyendo con calma (no en el día y medio habitual) quizá me fije demasiado en ellas, por lo que ciertas cosas no me cogieron por sorpresa.
Lo que si me sorprendió para bien es que el final es cerrado, aunque con una puerta entornada hacia el futuro. Quiero decir que la historia que cuenta se puede dar por terminada en la última página y no nos quedamos con ningún tipo de ansiedad. Por supuesto, es una buena oportunidad para abrir una serie si todo va bien.
Puede que por eso voy a perdonar mucha de las preguntas que se me pasaron por la cabeza leyendo este libro y que no tuvieron contestación al final. Quizás más adelante nos explique, por ejemplo, porque se entrenan para luchar. Con espadas además, en pleno siglo XXI (cuando puede llegar un listo con un arma de fuego y a ver que pasa…)
En resumen, una novela juvenil con una idea original que cierra al final dejando un buen sabor de boca. De ritmo ligero y entretenido podría ser una buena serie en un futuro, donde nos explique algunas lagunas que quedan en el  texto.