- Buenas tardes caballero.
- A mí no me insulte. No he estado cerca de un caballo en mi vida.
- Me han hablado muy bien de usted.
- ¡Calumnias! Se lo digo desde ya.
- No hombre, que le digo que me han hablado muy bien de usted.
- Pues eso, que son calumnias, o lo que es peor, hablar por hablar, sin conocerme de nada.
- No diga eso, me han dicho que es usted una persona coherente.
- Yo que coño voy a ser coherente, si ya no voto ni al PSOE y me paso la vida hablando de política.
- No votar al PSOE no le resta coherencia. En los tiempos que corren hasta me atrevería a decir que se la añade.
- No me ha entendido, que no voto ni al PSOE ni a nadie.
- También me han dicho que sabe escuchar a su interlocutor.
- Por supuesto que sí, es la única manera de conocer sus debilidades y darle donde más le duela.
- Me da que lo que me cuenta es una pose.
- Yo no poso ni para la posteridad. Creame, me vanaglorio de ser un perfecto hideputa.
- No le creo, han sido varias las personas que han coincidido en hablarme bien de usted. No pueden estar todas equivocadas.
- Eso que acaba de decir es una incongruencia y no le digo que una tontería para no halagarle. Si una sola de esas personas estuviera equivocada, todas estarían equivocadas. Así que será mejor que espabile sus argumentos.
- Eso también me lo avisaron, que le gustaba llevar la contraria, pero no por maldad, sino por hacer pensar a su interlocutor y hacerle sacar lo mejor de sí mismo.
- La gente es tonta sin solución de continuidad. Te pasas el día discutiendo por cabrear al personal y encima se lo toman bien. Si es que los hay que merecen que los alaben, para que aprendan.
- También me han señalado que es usted bastante ecuánime.
- ¿E cualo qué?
- Ecuánime. Que es usted imparcial en sus juicios.
- Yo no juzgo a nadie. La gente suele venir juzgada de casa y se les nota en la cara.
- Eso no lo he entendido.
- Pues le voy a hacer un croquis. Usted, por ejemplo: Es un bambarria, que está haciendo este tipo de entrevistas, pagando almuerzos a gente insufrible.
- A mí me divierten estas entrevistas, y no me importa pagar un almuerzo si con ello obtengo un artículo impagable como éste.
- Corrijo y aumento. A más de bambarria, es usted manirroto, algo gaznápiro, con un toque de mamacallos, regado de parapoco.
- Me deja usted tuturuto. ¿Vamos pidiendo?
- Y encima redicho. Si es que lo tiene todo.