Hola…
Un café, un buen libro, una cálida manta, y un sillón es lo último que deseo cuando llegue el día en que realmente me quede sola, por que se que llegara ese día, en que mi hijo por sus pies se valla, en que los demás sigan su camino completamente alejado del mío y me quedare sola, ojalá y en ese tiempo no seamos dos solos a la distancia, espero que a esa fecha al menos uno de los dos haya podido llenar el vacío interno tan grande que tenemos, al menos tienes más valentía que yo al intentar muchas más veces irte para siempre, te doy puntos por valor, y si, aun soy adicta al café, a lo largo de mi vida y conforme he cambiado, lo ha hecho mi café, paso de un tibio, semi dulce completamente negro, a uno extremadamente caliente más dulce y justo ahora es una combinación de leche o crema con café dulce a veces tibio y otras no, es justo en ese momento de día donde a veces me pregunto que va a ser de mi?, Cual realmente es mi valor como persona, si es que tengo uno, quizá para nadie es importante que realmente ocurre conmigo, creo que la relación que llevo con mi café ha sido mi relación más larga y duradera, sincera y fiel, por que hasta tu que decías idolatrarme me engañaste con varios pares de piernas diferentes, claro que yo no fui del todo fiel o sincera contigo, por que si sr. Cebolla, te engañe más de una vez y hasta ahorita lamento mucho decirte aún no me arrepiento aunque suene cruel, es cierto no se si algún día llegue a arrepentirme de decirte esto sin embargo, justo ahora después de casi cuatro años tenía que decirlo.
Creo que el cambio respecto a mis bebidas más notable ha sido que en ocasiones, muy a veces se me antoja un vaso de vino tinto acompañado de una botana y una buena película de las que más me gustan, sabes repito justo cinco películas cada vez que quiero disfrutar mi tarde y aunque hasta ahora las he visto más de cien veces no me importa y las sigo viendo, casi he aprendido los diálogos de cada una de ellas pero sin duda alguna siguen siendo mis películas, y justo en ese momento no importa nada más.
Aún no olvido que siempre preferiste la leche con chocolate, como un eterno niño esperando su recompensa, como si te reusaras a crecer o a madurar no sé, claro que no estoy diciendo que el café te da madurez pero al menos a mi una chica promedio con mi estrés hasta tope saliendo de cada poro de mi cuerpo, un buen café o quizá una copa de vino me ayuda demasiado.
Pero en fin esa soy yo.
Adiós gachupin.