Belleza y decadencia
Desde que volví de Cuba he publicado en Facebook fotos preciosas de mi viaje, pero lo cierto es que no todo es tan bonito como parece y no quiero dejar de contarlo.
Pensé en escribir un libro sobre mi viaje porque me parecía que había sido muy especial, pero al final llegué a la conclusión de que con apenas quince días de estancia y habiendo visitado solo la mitad de la isla me faltaban elementos para escribir algo que tuviera un mínimo interés, aparte del meramente turístico o anecdótico.
"Paisaje" desde nuestra habitación en la Habana Vieja
Aun así, quiero compartir algunas impresiones que hicieron de este viaje una experiencia agridulce. La parte dulce la pone la propia isla y los cubanos: paisajes de ensueño, playas paradisíacas, gente maravillosa, alegre y acogedora, a pesar de las condiciones en las que viven.Y en este último punto, el agrio, es donde me quiero detener.
Cuba se ha convertido en un importante destino turístico, y los turistas, en un "objeto" de deseo y una gran fuente de ingresos para los cubanos.
Lo que queda de las casas coloniales de El Vedado
Me gusta ir bien documentada cuando viajo, y antes de partir había leído varias guías y visitado foros de viajeros. Todo ello me puso en guardia: "los turistas son dólares con patas para los cubanos", "todos intentan sacarte dinero, engañarte, estafarte", "la picaresca está a la orden del día, no te fíes de nadie"...
Por desgracia esas afirmaciones son ciertas. Pero también hay que entender que todo eso ocurre porque sus condiciones de vida son lamentables. Si yo fuera un mandatario de ese país se me caería la cara de vergüenza al ver a la gente pidiendo por la calle una pastilla de jabón, ropa usada, caramelos para los niños, cualquier cosa que para nosotros no tiene el menor valor y para ellos es un lujo.
"Mercado"
Sí, tienen una buena sanidad y educación. La isla está llena de médicos, ingenieros, maestros; cualquier persona con la que hables tiene un alto nivel cultural y todos tienen trabajo, pero tanto un médico como un camarero cobran una miseria, viven en casas ruinosas y tienen que hacer malabarismos para subsistir. Y aunque tengan dinero no pueden conseguir los productos más básicos porque "el bloqueo" impide que entren en la isla, y por eso se los piden a los turistas.
"Gimnasio"
Sin embargo, nadie se queja (al menos en público), todos sonríen, son amables y cantan y bailan por todas partes (supongo que porque cantando y bailando se olvidan las penas). Allí me dí cuenta de que los extremos se tocan: es tan mala una dictadura comunista como una fascista. La falta de libertades es evidente: de expresión, de movimiento, de progreso. Nadie puede levantar cabeza: todos viviendo en igualdad: en la miseria.
Por eso, aunque vivan en un entorno maravilloso, aunque tengan que separarse de los suyos, aunque mueran en el intento, son muchos los que quieren marcharse.
Cuando me fui, poco antes de las elecciones en EEUU, estaban esperanzados con la
apertura que empezaba a vislumbrarse. Ahora supongo que todo se ha venido abajo. Trump no tendrá que construir ningún muro; el mar es el muro natural que separa a Cuba del mundo y mantiene su realidad oculta.
Podría contaros muchas cosas que he visto allí, que he vivido, pero no me quiero extender demasiado. Solo un apunte más: si vais a Cuba llevad una maleta con todo eso que tenéis en casa y que no usáis y dádselo a la gente. Os lo agradecerán enormemente.
Feliz semana.