Ha sido éste, un verano extraño, diferente, donde finalmente pudimos vivir unas vacaciones en la playa, aunque de manera hasta algo forzada, con las mascarillas como elemento común y banal y a la vez extraordinario. En mis días de vacaciones, no leí apenas unas líneas. La lectura se quedó para el resto de días. Es decir, éstas son unas lecturas de verano, pero no de días de playa. Este año, como corresponde a ir al mar con un niño pequeño, eso del libro a la sombra de la sombrilla no ha podido ser.
Aún así he podido acometer algunos libros que os traigo por aquí.
"Lo esencial. El diseño y otras cosas de la vida", de Miguel Milá. Un veterano diseñador nos hace un recorrido por su vida y su obra, sus valores y sus inquietudes. Una lección vital. Es un placer encontrarte con estos libros, como el que escribió Bassat, donde encuentras las esencias de una vida profesional, donde la persona ha dejado huella en el sector que le ocupa, mezclado además, con elecciones y vivencias personales. Destaca su decálogo doble, toda una declaración de intenciones.Por ejemplo: 1.- "Clásico es lo que no se puede hacer mejor" 12.- "Sé útil y te utilizarán"Toda una curiosidad, amena y entretenida, a la que llegué gracias a una recomendación de Javier Aznar, conocido también como "El guardián en el centeno"."El tiempo de los héroes" de Javier Reverte. Sin ninguna duda, el mayor descubrimiento y disfrute de esta tanda de lecturas. La biografía novelada de Juan Modesto, que llegó a ser general del ejército republicano, llegando desde las milicias comunistas. Un Modesto a punto de subir a un avión en Elda, para abandonar suelo español, que repasa su trayectoria en la guerra, desde el asalto al cuartel de la montaña, hasta ese amargo exilio forzoso. Un libro apasionante, que te acerca a algunas de las figuras más relevantes de aquel momento. Una extraordinaria sorpresa, una lectura apasionante, y conocer algunas figuras que me eran muy lejanas y desconocidas.
"Las partículas elementales", de Michel Houllebecq. Un lectura terrible. Escandalosa en algunos pasajes, no es de extrañar que algunos lo tilde de autor tremendo y que haya causado tanta controversia que finalmente ha acabado abandonando Francia para tomar distancia. El libro narra la vida de dos hermanos Michel y Bruno que tiene trayectorias vitales totalmente diferentes. Una lectura descarnada y cruda.Traigo algunos pasajes por aquí, dignos de citar:"Sentían el uno por el otro un gran respeto y una inmensa piedad. No obstante, algunos días atrapados por una magia imprevista, tenían momentos de aire fresco, de sol tonificante; pero lo más normal es qe sintieran que una sombra gris se extendiera en ambos sobre la tierra que les sostenía, y en todas las cosas veían el final""Los niños soportan el mundo que los adultos han construido para ellos, intentan adaptarse a él lo mejor que puede; lo más normal es que al final lo reproduzcan"."No hay un silencio eterno de los espacios infinitos, pues en realidad no hay ni silencio, ni espacio ni vacío..."La novela discurre por terrenos escabrosos hasta acabar en un final distópico.
"Brújulas que buscan sonrisas perdidas", de Albert Espinosa. Un libro bonito, en algún momento demasiado perfecto, lo que hace entrever que es fruto de una forzada ficción, se le descubre el truco al autor en demasía, pero bueno, lectura reconfortante y cómoda. Un hijo regresa a casa de su padre para cuida de él en sus últimos días. El padre cineasta, había sido siempre una figura ausente, siempre de rodaje en rodaje. Desconocían su arte, su trabajo. La muerte años atrás de su madre crea un abismo entre los hijos y el padre. Hay un secreto, el robo de una joya, al más puro estilo "Beau geste". Recuerdos y reproches que impiden que el hijo acompañe al padre en ese tránsito hacia su muerte, de la mejor manera posible.
"La sombra de lo que fuimos", de Luis Sepúlveda. Tres sexagenarios militantes de izquierdas, exiliados de otros conflictos, preparan un golpe en Chile para continuar su lucha contra el sistema. Una lectura curiosa y entretenida.