Todos los años suelo hacer una entrada con el balance de los retos del año pasado y los nuevos que quiero cumplir este año.
Pero este año, 2018, no voy a proponerme ningún reto literario.
Ya el año pasado sólo participé en dos, que creé yo misma: Leer 5 autores clásicos -que no tenía ninguna dificultad- y Leer más variedad de géneros.
¿Por qué este año no voy a ponerme ningún reto?
Bien, pues ahí va una pequeña reflexión a la que le he estado dando vueltas últimamente.
Yo adoro el blog. Me encanta este mundo, poder compartir mis lecturas con vosotros, pasarme por otros rincones y descubrir un montón de títulos nuevos. Creo que es algo que me ha aportado mucho.
Pero es cierto que tener un blog y querer tenerlo activo y mantener una cierta constancia en las entradas y las reseñas, implica tener una cierta presión a la hora de leer. Tienes que publicar cosas, y aunque yo por ejemplo tengo más secciones que voy actualizando, esto es un blog de literatura y al fin y al cabo no pueden faltar las reseñas.
Así que sí, tener un blog ya es una cierta presión, aunque lo haga por gusto. Ya no leo como antes, cuando no sabía de la existencia de blogger. Entonces simplemente agarraba un libro cualquiera que me llamaba la atención en ese momento y ala, ya está. No leía lo que estaba de moda, ni lo que leía todo el mundo, ni me preocupaba por cuánto tardaba en leerlo, por dejar libros o sagas a medias o por estar temporadas sin tocar un libro. Y ahora es diferente.
Y es que últimamente por booktube y por blogger parece que importa mucho la cantidad de libros que lees, y no tanto la calidad. Gente que lee 300 libros al año, lo que me parece fenomenal pero yo no puedo llevar ese ritmo. Siento que quiero leer demasiados libros sin saborearlos, sin meterme en ellos, que me estoy contagiando de esa mentalidad de: "si no lees x libros al año, no eres un buen lector". Parece que cuanto más, mejor. Y he empezado a caer en eso yo también, cosa que no me gusta nada.
Todo esto me impide disfrutar en condiciones de la lectura. Me impide disfrutar un libro porque ya estoy pensando en acabarlo, en coger el siguiente, en publicar la reseña. La lectura rápida, la presión y la culpabilidad de las que tanto oigo hablar ahora son cosas que no quiero en mi blog.
Así que no voy a ponerme retos literarios este año, al menos no de esos de: leer 100 libros, o 50, o 200, terminar sagas, terminar pendientes... No.
Mis retos para este año son algo diferentes.
- Voy a leer lo que me apetezca, sin sentirme culpable por tener una lista enorme de pendientes.
- No voy a preocuparme por la velocidad ni la cantidad, voy a leer a mi ritmo y punto, y si leo 5 libros al año, pues que así sea. Creo que tengo suficientes secciones en el blog como para no dejarlo abandonado aunque no tenga una reseña preparada.
- También tengo ganas de reencontrarme con autores que ya he leído y que me gustan. Tengo ganas de leer a Amy Tan, a Cristina López Barrio, a Márquez, a Isabel Allende, Scott Card, a la Gaskell...
- También quiero seguir innovando en mis lecturas. Probar géneros y autores nuevos que me saquen de mi zona de confort.
- No voy a leer libros que no me llaman lo suficiente simplemente porque están de moda y todo el mundo los está reseñando. Quiero tener contenido de todo tipo, variado, y no lo que se ve en todos los blogs/canales.
- No voy a terminar sagas que tenga pendientes. Así están perfectas.
Y el propósito más importante para este año: Voy a dejar libros a medias. A tutiplén.