Alan Shore (James Spader) tiene un don, el don de la palabra. Hay un momento en el que Jerry Spenson dice que tras escuchar a Alan hacer un alegato supo que nada sería igual, que jamás encontraría a alguien capaz de superarlo. Cierto. En Boston Legal, muchas veces se bromeaba sobre sus largos y apasionados discursos. Generalmente, eran el momento cumbre del capítulo, cuando Alan en la sala, se levantaba y comenzaba a hablar ante el jurado,. Se movía, exponía sus ideas, se mostraba apasionado, gritaba, se disculpaba... Este abogado conseguía que la gente se estremeciera, que inspeccionaran el fondo de sus conciencias, que descubriesen las injusticias y horrores de un sistema legal que suele favorecer al más rico, al más fuerte.
Alan Shore. Un personaje complejo. Con sus cosas buenas y sus cosas malas. Ambiguo, leal, soberbio, juguetón, mujeriego, inseguro, machista... Carga a sus espaldas con una historia familiar carente de afecto que le ha marcado profundamente. Alan puede llegar a ser insufrible, cansino y cargante. Es un personaje de extremos, o le amas o le odias. Yo lo amo y reconozco todos sus defectos, que son muchos. También me sincero y admito que en la recta final de la serie, la brevísima quinta temporada que tuvo Boston Legal, Alan llegó a molestarme. Creo que se exageraron muchos de sus rasgos de personalidad, desvirtuando y convirtiendo el personaje en una parodia de si mismo. Por momentos resultaba patético, aunque si hacemos un ejercicio de fanesia para los últimos capítulos, recordaremos a Alan Shore como un creación muy lograda.
Hay tres relaciones personales que definen al personaje; su relación con el inmenso Deny Crane (William Shatner en estado de gracia), su relación con las mujeres en especial con Shirley Schmidt (Candance Bergen) y su relación con las personas extravagantes que se cruzaban en su camino como Jerry Espenson. Con Deny vemos el lado juguetón, preocupado, noble y leal de Alan. Con Shirley saca su lado mujeriego, machista pero también de respeto y admiración profesional. Con Jerry y demás, vemos su lado más humano, comprensivo y amable.
Me encanta la arrolladora verborrea del personaje, su capacidad intimidatoria, su carácter burlón, juguetón. Su sentido de la justicia y su carisma natural hacen de él un adversario temible en la corte. Pocos abogados han conseguido ganarse el respeto de un hombre capaz de defender los derechos de las mujeres mientras, descaradamente, intenta ligar con la jueza.
A James Spader le vi por primera vez, mucho más joven y mucho más delgado, en Stargate. Su carrera cinematográfica siempre estuvo ligada al cine independiente, películas como Crash o Secretary son una clara muestra. Cuando veía The Practice, me sorprendió enormemente encontrarlo en la última temporada. Alan Shore llegaba a mi vida. Tras dejar la serie pasó a Boston Legal.
Spader dio vida a un personaje genial y delirante de manera más que digna y por ello ganó varios premios. En Boston Legal carga sobre sus hombros con el peso de la serie. Sé que hay gente que discrepa con esta idea y que opina que el centro de todo era Deny Crane. Alan es el cerebro, la mente y Deny es el corazón de la serie. Por separado, ambos funcionan, pero es cuando están juntos que el show se crece. Alan ha contado con numerosas parejas a lo largo de la serie pero su relación más estable, más duradera y más sincera es con Deny, con el que terminará casándose para poder ejercer como su tutor legal cuando el alzheimer avance.
La faceta desinteresada de Alan es muy intensa. Siempre se preocupa por aquellos que no pueden luchar por si mismo, por los desfavorecidos. Alan se preocupa por todo y se cuestiona todo lo que le rodea. Sus largos discursos tocan los más variados temas. drogas, educación guerra de Irak, armas, tabaco, sanidad... y suele tener siempre razón, suele ser la voz de la moral y de la justicia.
Desde que terminé con Boston Legal añoro muchísimo a Alan Shore. Uno de los más grandes personajes de la televisión, el abogado más temible, el amigo más fiel.