Esta entrada no debería ser como es, pero me he dejado el borrador en el trabajo y no quería dilatar más lo que han sido mis primeras LES y mi primera vez dirigiendo en unas jornadas. No es no haya estado en jornadas, que he estado en unas cuentas, y en todas ellas porque invitaban a mi señora para hablar de su libro y de rol, pero sí han sido las primeras en la que participaba de forma activa, dirigiendo además The Dresden Files, un juego que me encanta tanto por ambientación como por sistema.
Todo empezó con un mail de Pedro J. Ramos proponiéndome dirigir una partida de The Dresden Files en las LES. Obviamente dije que sí, y que fuera lo que Mab quisiera. Por fortuna la partida la había testeado antes con mi grupo de juego, y gracias a las opiniones que dieron pude arreglar algunos pj e intentar prever cómo iría la partida, qué ganchos meter y por dónde tirar si se atascaban los jugadores. O eso creía yo.Llegué a las LES a las 9:20 y me tocó hacer cola. ¿Por qué los narradores tenemos que hacer cola? No lo entiendo. No es que crea que debemos tener trato de favor, es que no vamos allí para apuntarnos a las partidas de nuestro turno porque nosotros hacemos esas partidas. En fin, cosas de la organización. Aunque lo de organización es una forma de hablar ya que tuve que preguntar a 5 camisetas naranjas, y hacer dos colas más, para saber que mi mesa, dónde iba a ser la partida, además de no saber nadie cuál era, estaba llena. Exactamente, y en palabras de quien estaba en el ordenador, “no queda sitio ni para el máster, que se han apuntado más gente de la que debía”. Aquí empezaron los sudores fríos y el acojone. Al final me mandaron para la zona de NoSoloRol donde me hice fuerte en una mesa tras ponerme en otra y un niño de unos 7 u 8 años me echara diciendo que a él le habían dicho que esa era la de Pequeños Detectives de Monstruos. Ante la vehemencia de sus palabras no pude sino irme a otra mesa, pedir que trajeran dos sillas que faltaban e intentar tranquilizarme un poco pues los nervios eran ya un problema. En cuanto saqué el libro (aunque no lo abrí para consultas, Héctor Prieto de la Calle :p ) aparecieron los jugadores cual tiburones al olor de la sangre, en concreto la mía.
Explicando a grandes rasgos los rudimentos de este juego.
La foto es de Pedro Gil y podéis ver más aquí.
Repartí los pj, cinco mujeres del Ordo Lebes de Chicago que pasaban unos días en Nueva Orleans; expliqué un poco el sistema, lo justo para poder empezar sin problemas, y les hice unas preguntas para definir al pnj que sería el gancho, y motivación, de cada uno a lo largo de la partida. Después definieron unos cuantos aspectos para terminar el pj (los dejé sólo con el Concepto Principal, Problema y un aspecto adicional) según ellos lo veían o lo querían interpretar.La partida duró hasta las 13:40, más o menos, y se consiguió terminar. Me gustó que entre los que conocían el dresdenverso y los que conocían Fate la partida no tuvo mucho parones. Obviamente, en una partida de investigación, siempre hay momentos en los que los jugadores se quedan en blanco, pero creo que los posibles caminos que podían tomar, y las pistas que iba dejando, les ayudaron a tomar las decisiones que tomaron. Por supuesto, cualquier coincidencia con la primera vez que narré la partida fue casualidad.Al terminar la partida sé que a tres de ellos sí que les gustó la historia, casualmente los tres que se echaron el peso de la acción a la espalda. Bien es cierto que quizás eran los tres personajes que más salidas tenían en esta partida, dejando a los otros dos en un segundo plano, e incluso a uno que sólo podría usar su poder en unas situaciones muy, muy concretas. Apunto este fallo para la próxima vez hacer personajes más versátiles y activos y que nadie se quede en la fila de atrás.Por mi parte, comencé con muchos nervios, la boca seca y la voz temblorosa, pero poco a poco se fue pasando y pude mover el motor de la partida sin muchos problemas. Me llevo la satisfacción de que uno de los jugadores me preguntó si colgaría la partida en algún sitio, lo cual me parece que es un buen signo de que tan mal no se habrá hecho.
Mi experiencia en las LES fue buena, aunque no estuve en charlas, paneles ni como jugador, pero me gustó mucho ver gente de toda edad y género jugando y llenando las mesas. Había mucha gente, muchísima, signo de que esto no está tan muerto como muchos
haters pregonan por la red. También fue agradable saludar a la gente de NoSoloRol que estaban allí (Ros, Charro, Edén), y conocer a algunos a los que sólo conocía por correo (Ana). Gracias a ellos estuve allí y, sí, puedo parece pesado con el tema pero para alguien como yo, poco activo en redes sociales, perteneciente a esa “segunda fila” de roleros (por decirlo de alguna manera, aunque la frase no me gusta) es todo un orgullo que NoSoloRol me ofreciera dirigir uno de sus juegos estrella en unas jornadas como las LES, que no es moco de pavo. Gracias también a los jugadores que se apuntaron a la partida y que durante tres horas y media largas estuvieron recorriendo Nueva Orleans durante toda una noche buscando a su amiga desaparecida.