Me paso la vida en YouTube.
Menos mal que no tengo en el móvil un contador de tiempo como algunas personas que me dice cuantas horas al día me paso viendo- o en su defecto, escuchando – vídeos, porque creo que me daría un ataque.
No sé si soy consciente en realidad de cuanto es, porque por otro lado hago muchas otras cosas: leo, hago deporte, escribo, trabajo, toco un instrumento y tengo una vida social. Ah, y duermo. Quizás no duerma nueve horas, pero no tengo insomnio.
Seguramente es porque, contrariamente a otras palicaciones, puedo escuchar un vídeo mientras hago otra cosa, o puedo ver un vídeo de cinco minutos mientras espero a un amigo. Es una red social que se presta al ritmo de vida que llevamos hoy en día, sin pedirnos demasiado a cambio, y además presenta la más que atractiva ventaja de ser un vídeo. Cómo la tele. Nos gustan los vídeos. Nos casi piden usar todos nuestros sentidos, al tiempo que nos entretienen (y por eso no hay que abusar, leeer siempre será un mejor ejercicio, pero eso es otro tema).
Quizás por ello no miro ya casi la tele. Eso también es otro tema. Y no, no voy a otras plataformas de vídeo como DailyMotion. No digo que me parece bien el monopolio que tienen, pero los creadores de vídeo más interesantes están en Youtube.
No recuerdo exactamente en qué momento descubrí Youtube. No lo recuerdo porque como buena milenial casi he nacido con las nuevas tecnologías, así que prácticamente todos las redes sociales que ahora llevan ya un rato existiendo (que casi podríamos calificar de “viejas”) para mi aparecieron con Internet, aunque en realidad, internet existía desde unos cuantos años antes.
A lo que voy es que contrariamente a Tinder, o Instagram, recuerdo usar Youtube desde hace mucho tiempo. Es como esos amigos que en algún momento se volvieron parte indisociable de tu grupo, de tu gente, pero eres incapaz de recordar con precisión en qué momento empezasteis a hablar.
Tampoco sé en que momento empecé a ver tantísimos canales. Seguramente, en una de sus mil millones de actualizaciones, los responsables de Youtube inventaron el boton de “SEGUIR” y ahí me perdieron.
A veces incluso vuelvo a ver vídeos que ya he visto.
Pero sobre todo, lo que más me gusta es la variedad de contenido que ofrece. YouTube no tiene fronteras. Puedo ver vídeos en varias lenguas, puedo ir desde un vídeo de comedia hasta uno de vulgarización cultural. Aprendo muchísimo. Y eso me encanta.
Así pues, os traigo mi lista de Youtubers favoritos, por si tenéis curiosidad de ir a verlos. Son gente que trabaja muchísimo, y vale la pena todo lo que hacen.
(N.B: Muchos canales son de YouTubers franceses porque me parecen que ofrecen un contenido excepcional, pero os los recomiendo igualmente, ya sea porque comprendais el francés o porque lo miréis con subtitulos).
COMEDIA (francés)
Cyprien
Le rire jaune
Andy
Math se fait des films
BOOKTUBE (español)
El geek furioso de la literatura
ClauReadsBooks
El coleccionista de mundos
Martitara
CINE/SERIES (francés)
Durendal1
Fermez-là
Captain Pop-corn
MODA/MAQUILLAJE (francés/español)
Laurette
WhatTheChic
PauTips
DIVULGACIÓN CULTURAL (francés)
LinksTheSun
Didi Chandouidoui
Parlons peu mais parlons
Occulture
Et tout le monde s’en fout
Espero que os haga descubrir cosas nuevas y apasionantes, y prácticar idiomas.