MISCELÁNEA BREVE
I# Días que llegaron de repente, gracias a los ojos que me devolvieron la vista, junto al corazón que reactivó los latidos en mi pecho, resucitando a este pobre mortal que tan solo aspira a vivir con una sonrisa que le ilumine el espíritu, y así, olvidar para siempre las noche oscuras y frías sin ella.
II# ¡Oh divina Atenea! la más casta y justa entre las divinidades del Olimpo. La de azabaches ojos, la de yelmo reluciente. Protege a este tu fiel servidor, de todos sus enemigos, y dame valor para blandir la espada de la justicia en tu nombre. ¡Oh Atenea! la más poderosa de la estirpe de Zeus.
III# Y a pesar de todas las guerras, de todos los males que azotan el mundo, de la miseria, de la maldad, incluso de nuestra propia muerte, todavía veo esperanza al contemplar tus ojos. Es con eso con lo que me quedo, pues nada más importa.
IV# Y aún sin conocernos, nos prometimos amor eterno. Nadie podía comprendernos, pues no llegaban a imaginar como dos personas podían amarse sin ni tan siquiera saber la una de la otra. pero para nosotros no era así.
V# Pídeme lo que quieras, que yo te lo cambiaré por una sonrisa.
VI# Fue como descubrir la inmortalidad en un solo gesto de sus manos, acariciándome tan dulcemente las mejillas, que pude sentir sus labios incluso antes de besarme.
VII# El Olimpo se convirtió en un pequeño montículo en el terreno, pues ella, hizo que nos alzáramos por encima de los mismísimos dioses.
VIII# Anoche tus ojos volvieron a abrazarme, a sostener mis esperanzas, a guardar mis más profundos secretos.
IX# Nos conocimos donde el tiempo no acontece, donde la Luna viste tachuelas de estrella ardiente, donde nada envejece; en los confines de nuestro efímero recuerdo.
X# Él era hielo cegador. Ella, rayo fulminante, fuego sanador. La casualidad los hizo coincidir, y hielo y fuego acabaron fundiéndose en un mar eterno de fulgurante brillantez.
XI# Como el frio acero clavándose en mis costillas son tus ojos olvidándome, son tus labios ignorándome, es tu amor condenándome a muerte.
XII# Realmente jamás fui nadie importante hasta que te conocí.
XIII# Recuérdame, aunque solo sea una vez y para siempre.
XIV# Tiembla el miedo cuando sonríes.
XV# Miénteme y dime que todo va bien aunque duela.
XVI# Me encantan tus vivaces y locuelos ojos.
XVII# Me enamoré perdidamente de ti sin pretenderlo ni oponer resistencia.