David Mateo junto a José Luis Mora, uno de los organizadores de Cortos con Ñ.
Imagen extraída del blog del autor.
"Nicho de Reyes" o "Carne Muerta" son algunos de los títulos de sus obras. No recuerda un momento de su vida en el que las letras no hayan estado presentes. David Mateo, escritor valenciano que se mueve en el género fantástico, y autor, también, de "Noches de Sal", ha tenido a bien sacar un rato para responder unas preguntas para Ruta 42.
A un clic, la entrevista.
Maje: ¿Cómo surge la idea de hacer "Noches de Sal"?
David: En realidad surge de dos ideas fundamentales. Por un lado, me horrorizaba la visión de una muchacha atrapada en una casa y acosada por las noches por unas entidades espectrales que no dejan de rezar. De ahí nace el calvario de Aurora y de los pálidos. La segunda idea es mucho más sencilla: una chica entra en un armario, desaparece durante unos minutos y cuando reaparece, ha cambiado (no puedo decir cómo ha cambiado porque eso hay que descubrirlo en la novela), pero… ¿cómo lo ha hecho? ¿Qué ha pasado en esos minutos en los que ella ha desaparecido? ¿Adónde ha ido a parar? Todo eso hay que descubrirlo en "Noches de sal".
Maje: Y redactarla, ¿te llevó mucho tiempo?
David: Sí, claro. Piensa que es una novela escrita en dos tiempos, en momentos temporales distanciados uno del otro. Escribirla es como montar un puzzle en el que las fichas no pueden solaparse. Hay que suministrar información pero sin pasarse, no vaya a ser que chafemos la otra línea temporal. Hacer todo eso es complicado, pero también muy divertido.
Maje: ¿Algún personaje está inspirado en alguien real?
David: En realidad están inspirados todos y ninguno. Creo que si «Noches de sal» está triunfando entre los lectores es por la credibilidad que inspiran sus protagonistas. El personaje de Abel, por poner un ejemplo, es un chico corriente que arrastra neuras que atribulan a cualquier chaval de su edad. Está marcado por complejos corrientes y molientes. Ama y desama como cualquier otro chico de universidad. Y hay otra faceta en él que me permite hablar del arte y es su amor por los dibujos, por la inspiración… en Abel vuelco muchos de mis pensamientos cuando hablo de la literatura como actividad artística.
Maje: ¿Cómo catalogarías esta obra, como ficción, suspense, fantasía...?
David: Es un thriller, con grandes dosis de romanticismo y toques paranormales. En realidad, la fantasía es el género que marca todas las tendencias, a partir de ahí podemos desglosar. Aunque si te fijas, los grandes escritores clásicos de terror jugaban con todas estas ecuaciones a la hora de crear sus novelas góticas: sometimiento, lugares cerrados, oscuridad, tensión, erotismo… yo creo que «Noches de sal» es una novela de terror gótico con todas las de la ley… eso sí, perfectamente adaptada a los tiempos actuales.
Portada de "Noches de Sal".
Maje: Sin entrar en spoilers para nuestros lectores, ¿por qué un final tan abrupto en el personaje de Patricia?
David: ¿Crees que es abrupto? Es la primera vez que me lo dicen, pero puede que tengas razón. El personaje principal de la historia es, en cierta forma, Pilatos. Con él empieza y acaba todo. Es el desencadenante de la tragedia que sacude la vida de los protagonistas. Cuando él se va, ¿qué sentido tiene lo demás? Es decir, la vida de Patricia continúa, sigue adelante; ella misma, en el último instante de la novela, decide dar un giro abrupto al rumbo de su destino. Busca un camino incierto diferente al que la vida se empeña en ponerle delante. Quiere recuperar el tiempo perdido y por eso decide cambiar su tren. A partir de ahí, la vida pertenece a los personajes y también os pertenece a vosotros, los lectores, porque durante quinientas páginas habéis seguido a Patricia y tenéis todo el derecho de poner fin a su vida.
Creo que en cierta manera «Noches de sal» no es más que un fragmento de la vida de unas cuantas personas. Es como si pusiéramos un paréntesis en la línea temporal de un grupo de chicos y ese paréntesis viene dado por la aparición de Pilatos. Lo que queda fuera del paréntesis le pertenece al destino. ¿Por dónde nos lleva el destino? No lo sé, pero en la novela hay muchas claves para descubrirlo y divagar sobre él.
Maje: Y en el caso de Aurora, ¿son los libros y el mundo que albergan los que hacen que mantenga su cordura, o es una fortaleza intrínseca del personaje?
David: Me decanto por la segunda opción. Los libros construyen una torre acorazada que blinda a Aurora. Es lo más fascinante de la literatura: vives la vida a través de otros ojos. Eso puede ser divertido, pero letal a la vez. Las aficiones nunca deben llevarse hasta el extremo porque pueden convertirse en una obsesión. Y en el caso de Aurora, una chica que sufre agorafobia y depresión, la literatura se convierte en otro elemento aislante.
¿Pueden ser los libros también un agarradero que le permitan mantener la cordura? Estoy seguro de ello: los libros son una terapia para la vida sedentaria de Aurora, pero ella los convierte en una obsesión y eso le impide vivir la vida y disfrutar de lo que hay más allá de la siguiente página.
Maje: ¿Qué le dirías a quienes no hayan leído la novela para que lo hiciesen?
David: Basta dar un paseíto por las redes sociales y los blogs. Las reseñas son muy positivas. La gente que me conocía, ha encontrado una nueva faceta en «Noches de sal» muy diferente a mis anteriores trabajos. El libro deja una huella en los lectores. Además, el libro se ha publicado en un sello muy modesto y, amén de que ya es el más vendido de la editorial, está recibiendo los elogios de muchísima gente.
Maje: El final, ¿es cerrado o puede que haya segunda parte?
David: Para mí es una novela con un inicio y un final. Que sí, que es cierto, el final no es un final al uso y quizás resulte nostálgico, pero no creo que vaya a publicarse una segunda parte. Probablemente, si la historia fuera más allá, perdería su magia.
Maje: Gracias por tu tiempo.
David: Gracias a ti y a tus lectores.