El hecho de que esta verdad enfurezca a las feministas no nos debe molestar en absoluto. Las mujeres inevitablemente tienen necesidad de tal protección; la única diferencia entre las feministas y los cristianos es que los cristianos ponen la obligación de la protección sobre los padres y los maridos, mientras las feministas ponen la obligación de la protección sobre varios organismos del gobierno federal, los cuales son dominados por varones. La lección ha de ser muy clara. Los hombres cristianos están llamados a cultivar la virtud bíblica de los celos.

