El otro día un amigo comentaba en un foro que donde los españoles tenemos que mirar, a la hora de comparar nuestra ficción, no es a USA si no a Reino Unido. La calidad de las series inglesas no tiene nada que envidiar a la de las series americanas pero hay algo más...
A mí nunca me preocupó la diferencia de presupuesto, yo solo miro por la historia. Y por desgracia la televisión británica me ponía muy nerviosa. Ese exceso de barroquismo, esas vueltas y giros sobre las historias para hacer los capítulos densos y repetir una y otra vez lo mismo... qué les voy a contar que no sepan sobre mi odio hacia Life on mars, hacia The IT crowd... hacia Sherlock! (esto no lo saben pero es cierto) qué pereza tan grande.
Sin embargo ahora todo eso ha cambiado porque mi vida se ha llenado de flema. Misfits y Downton Abbey me vuelven completamente loca. De la segunda hablaré otro día.
Misfits tiene tantas virtudes que no me llegan las teclas. Empezando por la propuesta. Se trata de 5 chicos marginales que están prestando servicios comunitarios cuando de pronto una extraña tormenta los convierte en superhéroes.
Primero, que sean marginales delimita los excesos y el presupuesto se amolda. Hay un lugar físico donde los chicos tienen que ir todos los días, no hay razón para liar la cosa. Que los problemas vengan a ellos. Única localización y a nadie se le caen los anillos.
Punto dos y mejor: los superpoderes no son nada extravagantes y están claramente relacionados con la personalidad de cada uno de los protas. Esta serie es lo que Héroes debía haber sido y no fue. Porque allí sí que había presupuesto y había que usarlo. Aquí no sólo no hace falta, no viene a cuento. No queremos que vuelen, ni siquiera queremos que sepan usar sus poderes. Solo queremos saber qué pasaría si a una persona normal le pasara algo así. El poder aquí funciona más bien como un defecto. Crea más problemas de los que soluciona.
Tres: No hay presupuesto pero tampoco grandes argumentos. No hay guiones maravillosos en cada capítulo que nos hagan indagar sobre la profundidad del ser humano. Estamos en una serie sencillísima sobre unos chicos que tienen que sobrevivir como puedan y sí, tienen poderes, pero la tormenta no sólo los ha cambiado a ellos, hay miles de personas como ellos que aparecen cada dos por tres. No están solos en el mundo por lo tanto no necesitan salvar a nadie. Su responsabilidad no es otra que la de cuidarse las espaldas.
¿Alguien podría no amarlo?
Esta es una serie de aventuras en un centro juvenil. Punto. El remake americano resulta impensable. Desde luego sería otra serie completamente distinta.
Misfits es absolutamente inglesa, sombría, fría, pero tremendamente divertida. Y como buen producto inglés, se aprovecha de una música maravillosa para determinarse como claro referente generacional.
Misfits es lo que es porque está hecha en un país que necesita buscar petróleo de debajo de las piedras, porque los límites no sirven más que para lograr la eficacia. La falta de presupuesto nunca debería ser un defecto, sino un paso hacia la lucidez.