La primera entrega de esta millonaria franquicia contó con un director de categoría poco acostumbrado a este tipo de producciones pero que supo combinar con maestría el entretenimiento y la seriedad necesarias para conseguir una trepidante cinta de espías. Los giros de guión y sus personajes ambiguos marean al espectador y lo introducen en la piel de Tom Cruise, quien interpreta a un Ethan Hunt siempre al borde de no conseguir lo imposible. En la época en la que se realizó no era necesario que las películas durarán más de dos horas y media, sólo hacían falta tres secuencias centrales, un reparto sólido y una gota de sudor para ponernos en tensión y atraparnos durante cien minutos.Mi puntuación: 8/10