Misión imposible llegar a Llanes en silla de ruedas

Andrés Peral Aparicio, de 64 años y vecino de la localidad llanisca de Poo, vive desde hace tres años agarrado a la vida gracias a una silla de ruedas que maneja con destreza. Después de varias operaciones fallidas tiene afectadas seis vértebras y sus horizontes geográficos son muy limitados. Le gusta desplazarse a Llanes, la capital del concejo que se encuentra a dos kilómetros de su pueblo, pero resulta misión imposible salvo que asuma riesgos que pueden costarle la vida.Y es que «a la altura de Peña Pobre no puedo cruzar el camino con la silla de ruedas porque no hay rebaje de acera y tengo que salir a la carretera general para volver a empalmar con la acera 400 metros más allá», explicaba ayer Peral. Y en la carretera general tiene que circular «entre coches que pasan a gran velocidad y cuando me toca regresar a la acera tengo que hacer una señal con el brazo, a modo de intermitente, y en más de una ocasión pasé por dificultades muy serias».Y concluía Andrés Peral explicando que «me consta que hay muchas personas, muchísimas, que no pueden circular en silla de ruedas entre Llanes y Poo».¿Por qué no se realiza un rebaje de acera que parece tan sencillo? Comenta Peral que el asunto llegó a conocimiento del Ayuntamiento de Llanes «a través de la asistenta social que me atiende». Y en el Consistorio fue recibido «por el concejal Emilio Carrera, quien me explicó que allí no podían intervenir porque la competencia de la acera es del Principado». A tenor de una respuesta que califica como «insensible», uno de los mayores deseos del afectado pasa porque «la alcaldesa de Llanes se entere de lo que está ocurriendo y acuda personalmente a visitar la zona».
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