Es sabido que para obtener el máximo rendimiento deportivo, se requiere de un entrenamiento global del jugador. Sin embargo, comparadas con los aspectos físicos, técnicos y tácticos, las variables psicológicas no siempre han recibido la atención requerida. En este sentido, un aspecto que me ha llamado la atención en los últimos años es el “efecto selección”. Hay jugadores que tienen un rendimiento excepcional con su equipo de liga y un rendimiento inferior cuando juegan con su Selección Nacional. El “sentir popular” dice que el jugador no es el mismo, como si se produjera una pérdida de su identidad. Si miramos el panorama nacional e internacional, probablemente nos venga a la mente varios jugadores que históricamente han vivido o pasan esta situación. Un ejemplo, lo podemos encontrar en el caso del jugador del F.C. Barcelona Lionel Messi, considerado por muchos como uno de los mejores jugadores del mundo. Su nivel superlativo en el Barcelona lo coloca en una posición cargada de responsabilidad en la próxima Copa del Mundo con la camiseta número 10 de la Selección Argentina.
Respecto a este aspecto, recientemente, Messi comentó en Radio Metro de Barcelona (26-03-2010) que ''es totalmente diferente jugar en Barcelona a ir a la Selección. Cambian los compañeros, cambia el sistema… No quiero decir que los compañeros de acá sean mejores. La Selección Argentina tiene los mejores jugadores del mundo, pero tenemos poco tiempo y cambia todo. Cuando estemos todos juntos, cuando se reúna el grupo creo que lo vamos a lograr. Si me toca jugar en el Mundial es una buena oportunidad para demostrar eso. Tener el mismo nivel de Barcelona en la Selección. Yo soy el primero que me critico y más que nadie. Soy el primero en querer cambiar eso y no tengo dudas que lo voy a hacer'', prometió Lionel.
Otro caso de jugador que no jugaba bien con su Selección Nacional ha sido el de Fernando Torres. Fue criticado y cuestionado por su desigual rendimiento entre su equipo y la Selección. No fue hasta la Eurocopa del 2008 cuando se reencontró consigo mismo. La propia competición, su rendimiento y los resultados obtenidos permitieron una conexión de Fernando con sus virtudes y fortalezas, dejando de lado sus tensiones y preocupaciones. “Ser el Fernando de siempre”, esta vez, al servicio de la Selección.Reflexionando sobre los casos de Messi y Torres: ¿La pérdida de identidad se produce sólo por causas externas?. ¿Podemos esperar a una Eurocopa o Mundial para que se produzca el cambio? (si es que se produce). ¿El jugador puede prepararse previamente a nivel psicológico para llegar en plenitud a la competición?. Una posible intervención a estos problemas podemos encontrarla en la aplicación del coaching de identidad, una técnica psicológica que se describe brevemente a continuación: Coaching de identidad, un entrenamiento psicológico para el máximo rendimientoLa identidad es la capacidad de un individuo de reconocerse en sus características esenciales y en las modificaciones que experimenta en sí mismo.
Gran parte de nuestro “yo” está formado por diferentes personajes, hábitos, creencias y prejuicios que alguna vez fueron útiles ante amenazas reales e imaginarias. Percibimos a través de nuestra propia biología, de las experiencias ya vividas, de la cultura con la que convivimos, de las reglas, valores, creencias con las que convivimos. En este sentido, es necesario revisar estos mensajes o perspectivas que han condicionado nuestro comportamiento, debido a que algunos de ellos potencian nuestras acciones, mientras que otros, hoy no nos definen o limitan nuestro desempeño. En función del tipo de observador que seamos (constituido por potencialidades o limitaciones), interpretaremos que ocurre, y de esa interpretación surgirá la acción.Esta perspectiva nos ofrece dos caras de una misma moneda (ambas conviven en la persona): “el yo interior” y “el yo saboteador”.
La primera, ofrece una base positiva (fortaleza) para alcanzar resultados extraordinarios y conseguir una vida más plena y satisfactoria, mientras que la segunda, boicotea de forma consciente o inconsciente los aspectos anteriormente citados.En este sentido, si el jugador está habitualmente conectando con su “yo saboteador” (exceso de responsabilidad, miedos…) percibirá como amenazante determinadas situaciones (por ejemplo, jugar con la Selección) y verá deteriorado su rendimiento. Por el contrario, si el jugador conecta con su “yo interior” (valores, creencias…), percibirá la situación como un reto y tendrá una mayor probabilidad de conseguir su máximo rendimiento. A través del coaching de identidad se puede trabajar estos aspectos. Esta técnica psicológica se centra principalmente en descubrir, desarrollar, conectar y pasar a la acción desde la postura del “yo interior”, y además, descubrir y neutralizar al “yo saboteador”.
Se trata de una investigación de un compromiso serio con uno mismo, en el cual no hay que cambiar ni transformar nada, sino que se trata de ACEPTAR, TOMAR CONCIENCIA, APRENDER Y POSICIONARSE con nuestra identidad esencial, y desde ahí, focalizar el pensar, sentir y hacer. Es un trabajo “interior” para proyectarse a la acción (competición).Por tanto, a través del coaching de identidad el jugador potencia su rendimiento, desarrolla su talento, y en el caso de los más jóvenes, reduce los procesos de maduración psicológica.Para terminar, aunque comprendo que el entrenador es el máximo responsable y principal gestor a nivel psicológico del jugador y del equipo, la labor del psicólogo del deporte (debidamente acreditado, ver: http://www.cop.es/perfiles/contenido/deporte.htm), entendido como un técnico deportivo experto en Psicología al servicio de las necesidades y demandas del entrenador, deportista y del equipo, puede complementar y mejorar el desempeño profesional de los mismos.
Dr. Alejo García-NaveiraPsicólogo, formador, coach e investigador