(JCR)
“Saludos desde Bangui. Estoy en la casa provincial recuperándome de una puñalada que me dieron en la pierna la semana pasada”. Cuando esta mañana abrí mi correo y vi el mensaje del padre Moses Otii, no pude evitar sufrir un sobresalto. Moses es un joven misionero comboniano ugandés que fue ordenado el año pasado y que trabaja en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en el conflictivo Kilómetro Cinco, un barrio de mayoría musulmana donde durante los últimos meses han ocurrido matanzas, incendios y ataques casi a diario. Le cedo la palabra a él:
“Hace pocos días, varias personas cogieron a una muchacha a la puerta de nuestra iglesia y quisieron matarla. Yo me encontraba cerca y traté de intervener para protegerla, pero durante el forcejeo me dieron una cuchillada en el muslo izquierdo, encima de la rodilla. Sangré mucho pero estoy fuera de peligro. La herida se está curando, pero el médico me ha dicho que quedarme en cama sin poder moverme durante algún tiempo”.
Recordé que no era la primera vez que el joven religioso arriesgaba su vida para defender a una persona que estaba a punto de ser linchada. Uno de los días que hablé con él el pasado mes de diciembre, cuando la parroquia de Fátima se llenó de varios miles de desplazados que huyeron de la violencia, me contó cómo no dudó en lanzarse en medio de una multitud que en el mismísimo recinto de la parroquia intentó linchar a un joven musulmán, a quien consiguió salvar. La espiral de ataques, venganzas y odios que tiene lugar a diario en Bangui se cobra víctimas a diario, y no es exagerado decir que muchas vidas han sido salvadas gracias a personas de Iglesia, como Moses, que han protegido a quien más lo necesitaba, sin importarle su afiliación religiosa.
Hace poco escribí un largo reportaje en la revista Vida Nueva sobre testimonios de sacerdotes, religiosas y laicos católicos que en la República Centroafricana han arriesgado su pellejo para proteger a la minoría musulmana de las violencias de las milicias anti-balaka que buscaban matar a cualquier seguidor del Islam. En este link http://www.vidanueva.es/2014/03/21/republica-centroafricana-una-iglesia-que-protege-unico-refugio-tambien-para-los-musulmanes/ pueden encontrar más detalles sobre este tema, que merece un lugar de honor destacado en medio de tanto horror. La agresión sufrida por el padre Moses Ottii se suma a la lista de héroes, unos conocidos y otros no, que no han dudado en proteger a quienes lo necesitaban más, mostrando el rostro de un Jesús buen pastor que no duda en dar la vida por la humanidad sufriente.
“Los periodistas nos pasamos la vida hablando de personas mediocres que no merecerían ni dos líneas en cualquier periódico”, me dijo en una ocasión en periodista Ramón Lobo, durante una inolvidable semana que pasamos juntos en el Norte de Uganda, cuando la guerra asolaba aquel rincón de África. Me he acordado de esta certera frase al leer el correo de Moses. Él sí se merece que se hable de él y yo desde este humilde blog lo hago. Espero, dentro de muy pocos días, acercarme a la casa donde se encuentra y darle un gran abrazo.