Revista Cine
Durante los últimos años, el agente Ethan Hunt ha seguido la pista del terrorista internacional conocido como Cobalto, infiltrándose en una cárcel de Moscú en busca de información. Una vez es rescatado por su equipo, los terroristas atentan contra el Kremlin y dejan a Hunt y los suyos inmersos en una situación complicada: la FMI se ve obligada a iniciar el Protocolo Fantasma, de modo que los espías deberán trabajar por su cuenta y encontrar a los terroristas en una carrera contrarreloj con el fin de evitar un conflicto internacional.
Desde su inicio en 1996, la saga de Misión:Imposible ha sido una de las franquicias más peculiares de los grandes estudios por la disparidad de directores que se han encargado de ella y las distintas versiones que han ofrecido de un mismo concepto. Dirigida por Brian De Palma, la primera entrega fue todo un éxito de taquilla y aumentó todavía más la fama de superestrella de Tom Cruise con sus trepidantes escenas de espionaje. La segunda parte supuso un cambio considerable, con el tono "macarra" y de acción pura llena de incongruencias que le imprimió John Woo. Tiempo después de su estreno, en 2006, el propio Cruise decidió recuperar la franquicia y para ello confió en el televisivo J. J. Abrams, a quien dio la oportunidad de dirigir su primer largometraje. Una vez revitalizada la saga con la entretenida tercera entrega, Cruise, Abrams y el productor Bryan Burke se pusieron manos a la obra con la cuarta parte: Protocolo Fantasma.
En esta ocasión, el encargado de situarse tras la cámara ha sido Brad Bird, experto en animación que ha trabajado en varios capítulos de Los Simpson, El Gigante de Hierro y, ya en Pixar, en las oscarizadas Los Increíbles y Ratatouille. A pesar de ser su primera incursión en el cine de imagen real, Bird dota a la cuarta entrega de las misiones de Ethan Hunt de un ritmo muy fluido que combina a la perfección acción, humor, intriga y aventura. Además, sorprende la habilidad de Brad Bird para planificar y filmar las secuencias de acción (algunas de ellas verdaderamente impresionantes) y huir del estilo confuso y recargado de Michael Bay y compañía.
El propio director participó activamente en la elaboración del argumento junto con Abrams y Cruise, si bien fueron los guionistas de la serie Alias Josh Appelbaum y André Nemec los encargados de construir una historia completa y equilibrada en la que todo se complica más de lo que cabría esperar para Ethan Hunt y su equipo. También han contribuido a la impecable factura técnica los efectos especiales de Industrial Light & Magic y, por supuesto, la banda sonora de Michael Giacchino, quien recicla los temas clásicos de la franquicia y añade su sello propio con partituras que recuerdan ligeramente a su trabajo en Cars 2.
Tal vez lo único de lo que nos podríamos quejar es de que el villano no tiene la presencia ni el carisma que debería, y de que la película no sorprende demasiado al ser una cuarta parte: por muy difícil que lo tengan los protagonistas, sigue un esquema similar al de anteriores entregas. Como contrapartida a este pequeño inconveniente, son dignos de alabanzas los guiños y conexiones que Protocolo Fantasma establece con las tres primeras partes, ya sea con escenas que homenajean a otras o bien con los cameos de ciertos personajes.
Interpretando de nuevo a Ethan Hunt, héroe modélico, ingenioso y decidido, tenemos a Tom Cruise en plena forma, que decidió rodar él mismo buena parte de las escenas de acción en vez de dejarlas en manos de un especialista. Le acompaña un correcto reparto internacional: el siempre divertido Simon Pegg (Paul), que repite su papel de la tercera entrega; Paula Patton (Déjà Vu), Jeremy Renner, uno de los actores del momento gracias a su papel en The Hurt Locker; Michael Nyqvist (Millenium), Josh Holloway (Sawyer en Perdidos), Léa Seydoux (Robin Hood) y Anil Kapoor (el presentador de Slumdog Millionaire).
El trabajo combinado de los actores, de Brad Bird, J. J. Abrams y de todos los miembros de su equipo hacen de Misión:Imposible - Protocolo Fantasma una superproducción que merece la pena ver en pantalla grande, sumamente entretenida y recomendable para todos los que busquen emoción, aventura, humor y acción en una misma película que atrapa a los espectadores de principio a fin.