Texto original escrito por Ana. Sígueme en Twitter.
Imagen
Una pregunta que recibo muy a menudo es: “Ana, ¿tu esposo come igual que tú?” La respuesta es NO. Aunque come sanamente, su estilo alimenticio es diferente al mío simplemente porque sus gustos, ritmo de vida y necesidades fisiológicas son diferentes.
Su dieta es más carnívora y come en mayor cantidad. Yo tiendo al vegetarianismo y como menos y más seguido.
Entonces, ¿cómo no volverme loca en la cocina?
Si en tu casa hay una mezcla de omnívoros, ovolactos, veganos, intolerantes, alérgicos… ¡no desesperes! La armonía es posible siguiendo estos consejos.
Respeta las decisiones alimenticias del otro
No te vuelvas un apóstol de la salud queriendo cambiar a otros.
A mí me pasó que cuando inicié en este proceso de vida saludable, estaba tan fascinada con mis nuevos conocimientos y los efectos en mi vida que quería que todos los adoptaran, sobre todo, y en especial, mi marido.
Empecé a llenar el menú de jugos verdes, tés con hierbas exóticas, tofu y platos crudívoros…hasta que muy amablemente me dijo que NO le gustaba masticar su jugo y que tenía muchas ganas de un steak… jaja.
En ese momento comprendí que la que quería hacer esos cambios era yo y que le había faltado enormemente al respecto.
Del otro lado de la moneda, es muy común escuchar que cuando una persona hace algunos cambios, el resto de la familia los recibe con desagrado: “tú comes pura hierba”, “ya no se puede comer nada contigo”. Y eso también es una agresión.
Cada persona vive su propio proceso y tiene el derecho a comer como come. Así que hay que respetar eso y aplicar los cambios en uno mismo.
De algo que sí estoy convencida es que en la mayoría de los casos, cuando una persona se concentra en sí misma, hace cambios positivos y se notan los resultados, sin tener que decir nada, los demás comienzan a preguntar o a adoptar ciertos hábitos. El rollo marea, las acciones y buena actitud generan inspiración.
Comprende que no existe LA dieta correcta, sino la dieta correcta para cada persona.
Creo en la máxima: “One person´s food is another person´s poison”.
El estilo alimenticio es algo individual y que se descubre a lo largo de la vida, experimentando. Si tu hijo te dice que quiere ser vegetariano, investiga y asesórate para apoyarlo en su experimentación. Si por el contrario, eres vegano y tu pareja gusta de un buen corte argentino, no lo juzgues, acéptalo y respétalo.
Vuélvete experto en cocinar un mismo platillo pero con dos versiones
Yo para nada cocino doble. Generalmente lo que hago es elegir platillos que ofrecen la flexibilidad de hacerlos con o sin carne, con o sin lácteos, con o sin cereales.
EJEMPLOS:
Huaraches
Preparo un huarache con base de nopal. A mi esposo le agrego un bistec o pollo orgánico deshebrado. El mío va con frijoles y queso fresco. Ambos comparten salsa, aguacate y lechuga.
Pasta o arroz
Hago una pasta o arroz con verduras. Me sirvo yo primero y le agrego tofu o legumbres. A lo que queda le agrego pescado o trozos de pollo.
Salsas base
Preparo una misma salsa, por ejemplo, de chile pasilla. A mi esposo se la mezclo con unos bisteces, pero yo la uso para bañar un queso panela o un tofu asados.
Otra forma: hago una salsa de frijoles para unas enfrijoladas, unas van rellenas de pollo y otras de verduras.
Tostadas
De base: tostadas horneadas, frijoles machacados, salsa.
La variante: con o sin pollo.
Tacos
Si preparo taquitos dorados, yo me hago unos rellenos de verduras y para él con carne o pollo.
Avena y licuados
En las mañanas preparo una misma avena con agua, pero cada quién se la prepar al gusto con leche de vaca orgánica, leches vegetales, yogurt o así sola.
Con los licuados igual, cada quien usa la leche que le gusta.
Tinga o fajitas
Misma salsa para la tinga, pero la mitad la uso con carne y la otra con verduras.
En el caso de las fajitas, rebano mismas verduras, pero a la mitad le pongo carne y a la otra tofu.
Jugo verde
Jugo de naranja, espinacas, perejil, apio un poco de agua natural, todo en la licuadora. Primero le sirvo a mi esposo para que no lo tenga que masticar y a lo que queda le agrego linaza, chía, alga espirulina y maca para que quede a mi gusto.
Agua fresca
Preparamos agua fresca con frutas. Yo me la sirvo sin endulzar y en su vaso mi esposo le agrega estevia.
Sándwich
Misma base, pero uno lleva jamón y otro no.
En fin….de verdad que hay miles de opciones para que no se tengan que quebrar la cabeza o pelear al cocinar.
Encuentra puntos de acuerdo
¿Qué es lo que sí comparten? Estoy segura que es más de lo que se imaginan.
Mi esposo y yo compartimos el gusto por el pescado, el buen vino, los quesos, las frutas, verduras, ir al mercado. Así que buscamos platillos en común usando estos ingredientes y en eso basamos nuestra alimentación.
Estamos de acuerdo en comprar ciertos alimentos exclusivamente orgánicos.
El Lunes sin carne es un día sagrado en casa, ja, yo me puedo seguir todos los días sin nada animal, pero ambos sabemos que él no, así que nos organizamos.
La verdad es que tengo un esposo muy open-minded y que además le encanta cocinar, entonces varios de mis platillos los hemos adoptado los dos, pero cuando a él no le gusta algo que yo hago, no me ofendo ni me afecta. El también comprende perfectamente que hay cosas que yo “nomás no”.
Algo importante es que juntos hemos encontrado versiones de ciertos platillos que se adapten a ambos gustos.
¿Ustedes cómo viven esas diferencias en casa? ¿Qué consejos nos pueden compartir?